Como explica Nancy Gee, co-autora de esta investigación publicada en la revista "BMC Public Health", "nuestros resultados indican que la tenencia de un perro puede jugar un papel muy importante a la hora de alentar a los mayores a caminar más".
Los resultados también mostraron que los participantes que sacaban a los perros, propios o ajenos, tenían una menor tendencia a buscar asiento, si bien el tiempo total que pasaban sentados no difería significativamente del de los mayores que no paseaban a estos animales.
Como indica Philippa Dall, directora de la investigación, "nuestro trabajo muestra que las personas mayores de 64 años que tienen un perro dedican cada día una media de 22 minutos adicionales a caminar, lo que supone un extra de 2.760 pasos diarios frente a los no propietarios de estos animales. Al cabo de una semana, este tiempo adicional dedicado a caminar puede por sí mismo ser suficiente para cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a vigorosa".
Dijo Nancy Gee, "nuestro estudio ofrece una visión de cómo el hecho de tener una mascota ayuda a la gente mayor a que alcance niveles más altos de actividad física o mantenga sus niveles de ejercicio durante un mayor periodo de tiempo, lo que podría mejorar sus perspectivas de una mejor calidad de vida, mantener o mejorar su capacidad cognitiva y, quizás, aumentar su longevidad".