Jóvenes de diversas localidad santafesinas le están dando forma a una nueva manera de divertirse. A contracorriente, decidieron organizar fiestas y encuentros donde la premisa es no beber alcohol. Y al parecer, les da buenos resultados ya que en las distintas oportunidades, reunieron a mucha gente y la pasaron muy bien. La iniciativa se enmarca en un programa del gobierno provincial, a través de los programas Abre Vida y Lazos, y tiene como objetivo crear conciencia en los más chicos sobre los riesgos de las adicciones.
Específicamente, Lazos acompaña en territorio a los protagonistas que conforman en cada escuela los Consejos de Convivencia Escolar, que trabajan temáticas vinculadas a la violencia y a la prevención de consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, según explicaron fuentes oficiales. La ministra de Educación, Claudia Balagué, indicó que en Santa Fe hay alrededor de 400 en las escuelas secundarias, en los que están participando más de 8 mil personas entre papás, docentes y asistentes escolares junto a los chicos”.
“Se está dando una fuerte concientización sobre qué significan la violencia y las adicciones, y cómo abordarlas y trabajarlas sin ocultarlas. La idea es darles la palabra a los chicos y formarlos como preventores para que puedan hablar en iguales condiciones con muchos jóvenes para salir de este tema. Y si la concientización viene de la mano de una fiesta en la que los chicos se divierten, qué mejor acción de prevención que la que se hace con alegría”, destacó.
Por su parte, la Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod) lleva adelante el plan Abre Vida para abordar la problemática en toda la provincia.
Los estudiantes de San Antonio decidieron, en el Consejo de Convivencia Escolar, que podían romper con la imposición del alcohol en todas las fiestas, como único promotor de alegría. Así, convocaron a una celebración sin bebidas alcóholicas.
Esa pequeña población rural, ubicada sobre Ruta Provincial Nº 70 -20 kilómetros al oeste de Rafaela- está separada de Castellanos, el pueblo vecino, solamente por una calle. La fiesta se hizo sobre esa calzada, frente al club del lugar, con la idea simbólica de unir a ambas poblaciones, con 400 invitados. “Realmente fue sin alcohol la fiesta. No vendíamos en la cantina bebidas alcohólicas y tampoco la gente llevó por su cuenta. Cortamos la calle frente al club, hubo un fogón y una banda de música. Había amanecido nublado el día y para la hora programada había venido poca gente. Pero a poco a poco se fueron sumando y terminó siendo una multitud que ni nosotros podíamos creer”, dijeron los chicos, que organizaron la celebración el año pasado, para el día de la primavera.
La entrada a la fiesta era un alimento no perecedero que los estudiantes se encargaron de repartir luego entre las familias más necesitadas de San Antonio y Castellanos. “El alcohol no fue el centro de la diversión”, señalaron después de la experiencia. “La verdad es que en todas las fiestas por ahí se generan discusiones o problemas a partir del exceso en el consumo de alcohol y nunca terminás de disfrutar la reunión de principio a fin. Nuestro consejo: te podés divertir sin tomar”, aportaron los estudiantes que, junto a sus padres, vendieron en la cantina hasta la última gaseosa.
Además de San Antonio, la pruebas ya se hicieron en Clacson, Carcarañá, Vera, San Genaro, Helvecia, Venado Tuerto y Santa Fe, en diferentes propuestas como el día del estudiante, la noche de brujas, las despedidas de fin de curso o el último primer día. Y para este año se están organizando fiestas similares en distintas localidades de la provincia.
En San Antonio, los chicos tienen previsto un té bingo con propuestas artísticas y deportivas y la idea es repetir la exitosa fiesta sin alcohol.