La flamante primera dama de Brasil es joven y guapa. Al lado de Jair Bolsonaro, llamó la atención y captó la mirada del mundo este domingo. Pero ¿quién es? El diario La Nación recavó información de esta mujer que, aunque no es ajena al mundo de la política, cultiva un bajísimo perfil y casi no se la ha visto durante la campaña. Sin embargo, es sabido que ha sido una verdadera directora de orquesta de los asuntos de su marido hasta ahora.

Las veces que apareció, siempre se la vio de la mano del diputado ultraderechista, con quien tiene una hija de 7 años. Su amplia sonrisa se destacó hace unos días en un publicidad en la que habló sobre su lucha por la causa de personas con discapacidad en Brasil, aunque provocó la crítica de la oposición que la acusaba de querer "suavizar" la imagen y las declaraciones extremas de su pareja.

Michelle, de 38 años, conoció a Jair Bolsonaro en 2007 en la Cámara de Diputados cuando ejercía como secretaría parlamentaria. Seis meses después se casó con el reciente presidente electo de Brasil y el diputado la contrató como asesora de su partido.

Sin embargo, después de que Bolsonaro le triplicara su sueldo la Justicia brasileña decidió apartarla de su cargo alegando en su contra nepotismo en la administración pública.

La pareja que mantiene una diferencia de edad de 25 años tuvo también una ceremonia religiosa en 2013 frente a 150 invitados. Juntos viven en el barrio de Barra da Tijuca en Río de Janeiro, donde Michelle colabora continuamente con la iglesia Batista Atitude.

Además de criar a su hija Laura, de 7 años, la futura primera dama es madre de una joven adolescente. A pesar de su perfil, Michelle participó activamente de los entre telones de la campaña electoral. Según Folha de San Paulo es ella a quien debían acercarse los políticos para ganar la confianza de Bolsonaro.

Después del ataque contra su marido el 6 de septiembre la casa que comparten se volvió un bunker de campaña, pero donde Michelle mantenía reglas muy claras: nada de visitas o agenda oficial los domingos. Michelle también es la encargada de traducir las palabras de Bolsonaro mediante señas para los videos que difundía por las redes sociales. Esa actividad no es casual, ya que la primera dama se declara como una gran comprometida con la causa de las personas con capacidades diferentes en Brasil.