Cada segundo jueves de marzo, aunque para los países del Cono Sur es cada segundo jueves de mayo, se celebra el Día Mundial del Riñón (WKD) para la toma de conciencia sobre la enfermedad renal y, a la vez, resaltar la necesidad urgente de actuar de prevenir la enfermedad renal. Esta campaña surgió en 2006 como una iniciativa conjunta de la Sociedad Internacional de Nefrología y la Federación Internacional de Fundaciones Renales.

Este año el lema del Día Mundial del Riñón, está centrado en evitar la obesidad, ya que es uno de los factores de riesgo de padecer enfermedad renal crónica.

En las últimas décadas han aparecido numerosos trabajos epidemiológicos que relacionan el índice de masa corporal con el desarrollo de enfermedad renal crónica en los sujetos obesos.

Otro hallazgo importante, es el papel crucial que juega la obesidad como factor de riesgo para una peor evolución de la función renal en pacientes con diversas patologías renales, glomerulares y el mundo del trasplante renal.

El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenibles. Por lo que las autoridades sanitarias de los países deberían incluir planes estratégicos para la prevención de la obesidad. Lógicamente, la reducción de peso debiera de ser el aspecto terapéutico más determinante; sin embargo, la evidencia disponible acerca de su influencia es más bien escasa. En los últimos años, podemos encontrar interesantes revisiones que analizan con profundidad el efecto de la pérdida de peso y su influencia en la proteinuria y la función renal.

Éste fue el motivo por el cual Rosario3.com, fue en busca de la respuesta autorizada del doctor Pablo Weiss, médico especialista en urología quién así respondía a la requisitoria:

¿Qué tenemos que hacer para cuidar el riñón?

Existen dos enfoques que van asociados; uno es cómo cuidarlo; y lo cuidamos tomando mucho líquido, mucha agua, al que nosotros no estamos muy habituados.

¿En qué cantidad?

Por ejemplo en los días de calor que hemos tenido recientemente, tres litros por día; y, por otro lado, no consumir sal en cantidad superior a lo aconsejado. En Argentina consumimos el doble de la cantidad diaria recomendada. Debemos acostumbrar a nuestro paladar a comer con poca sal. El sodio no solamente está desaconsejado para la presión arterial sino para el riñón.

¿Qué más deberíamos tener en cuenta cuando pensamos en la salud del riñón?

No excederse del peso. El sobrepeso también para el riñón es malo. Esto entra dentro de la conducta higiénico - dietética correcta; a lo que debemos agregar el ejercicio como conducta habitual. Ejercicio para nosotros significa movimiento, salir del sedentarismo; movernos, caminar, usar la bicicleta, subir escaleras cuando podamos, bailar, etc. Una caminata de 45 minutos por día es suficiente para colaborar con la salud del riñón.

¿Y el otro enfoque?

Hacerse los controles, por lo menos anuales, para que, en caso que el riñón pueda estar afectado, hacerse los estudios necesarios para hacer el diagnóstico precoz. Así es más sencillo resolver los posibles problemas.

¿Qué relación existe entre el sobre peso, la obesidad y la enfermedad renal?

“Hay relación. No nos olvidemos que el riñón es el filtro de la sangre. Por el riñón se realiza el intercambio entre los elementos que el organismo tiene que desechar y la sangre ya purificada. Cuando hay un exceso de peso, el organismo en general funciona sobrecargado, con un esfuerzo mayor, lo que hace que concluya funcionando mal. Una medida saludable es evitar sobrecargar el trabajo del riñón para cuidarlo y protegerlo”.

¿Cuándo realizamos un esfuerzo por qué orinamos más oscuro?

Porque no tomamos suficientemente líquido. La orina oscura es la orina concentrada que es necesario diluir; entre otras cosas, para eso es también la ingesta de agua durante el día. Cuando hacemos un esfuerzo podemos orinar sangre bajo forma de mioglobina que son restos de desechos que el músculo destruye durante el esfuerzo físico. Cuando la orina está concentrada es un llamado a que repongamos el líquido que el organismo ha perdido debido al esfuerzo físico.

Es decir, ¿se atenúa tomando mucha agua?

Sí. Y es fundamental. La síntesis sería: mucha ingesta de agua, poco consumo de sal. Y hacer los controles periódicos.

¿A veces se debe recurrir al trasplante renal?

Hoy disponemos de muchos adelantos para acompañar al trasplante renal. Pero, como se comprende, siempre es mejor prevenir y evitar llegar a esa instancia. Por ejemplo; algo común son los cálculos renales; si a éstos no se los trata, con el tiempo, evolucionan pudiendo llegar a una insuficiencia renal. Hay que tratarlos rápidamente. Un diagnóstico a tiempo de cálculos en el riñón puede permitirnos con un tratamiento mínimamente invasivo, no agresivo, con lo cual evitamos desembocar en una futura insuficiencia renal; o una obstrucción del riñón por un problema prostático en el hombre que si no es tratado en tiempo y forma puede conducir a una futura insuficiencia renal por dilatación de los riñones.

Se trata de enfermedades comunes, las que detectadas a tiempo y tratadas, evitan daños mayores en la salud de las personas.

Pablo Weiss, Médico Urólogo | Mat. 6818 
Coordinador del Servicio de Urología del Grupo Gamma