Internas de la llamada cárcel de mujeres de Rosario hicieron conocer situaciones de abandono, castigo y abandono que padecen no sólo ellas sino también 8 bebés que habitan con ellas. A través de un audio y un video que pudieron filtrar, las mujeres detenidas radicaron serias denuncias que incluyen castigos, ingesta de alimentos en mal estado y la presencia de roedores e insectos.
“Más que un centro de recuperación, esto es un centro de destrucción. Hay abandono de persona. Además de nosotras, acá viven ocho bebés, y dos están en buzones, en celdas de aislamiento. Nos mezquinan leche y pañales. La comida es pésima. No tenemos con qué limpiar: Hay alacranes, roedores, cucarachas. El techo del comedor se está cayendo. No nos llevan al médico. Cada vez que pedimos algo nos dan pastillas psiquiátricas o nos amenazan con trasladarnos al Chaco. Estamos totalmente abandonadas”. Éstas son las palabras que se pudieron colar a través de un familiar de una interna y que describen la vida en la Unidad Penitenciaria Nº 5, ubicada en Thedy 375.
“Somos maltratadas físicamente, verbalmente y psicológicamente por las empleadas. Hace diez días, suspendieron del trabajo a una compañera sin motivo ni razón. Cuando preguntó por qué, la golpearon mal, re mal. Y cuando quisimos defenderla nos pegaron a todas. Después hablamos con la directora, Susana Romano, para preguntarle por qué las empleadas nos pegaban. Y nos contestó que si querían podían pegarnos y mucho más, pero que si nosotras respondíamos nos iban a trasladar lejos, a Santa Fe o al Chaco”, agregó la mujer detenida.
“Hace muchos años que estamos pidiendo una mesa de diálogo pero no tenemos respuestas. En la planta baja hay 18 mujeres y 8 menores, algunos bebés con días de nacidos, otros de algunos meses de vida y también hay dos chicos (uno bebé) en resguardo, que son los llamados buzones, las celdas de aislamiento. Están ahí por falta de cupo en las piezas para madres. Es una barbaridad. No les dan pañales, les falta comida”, continuó y agregó que lo chicos no pueden estar en el piso porque hay alacranes y roedores.
“Nos están dando alimentos en muy mal estado. La ración es muy poca. Nos dan carne podrida. Tenemos una sola heladera para 18 internas. El techo del comedor se está cayendo. Los niños viven en las mismas condiciones que nosotras, que somos mujeres, madres, y que si cometimos delitos los estamos pagando. Pero esto no es humano. No nos llevan al médico y cada vez que reclamamos algo nos dan pastillas psiquiátricas y nos amenazan con traslados. Tampoco nos dejan salir a tomar aire al espacio verde que hay acá”, terminó.