Las lluvias de diciembre y enero sumieron al sur santafesino en una situación preocupante, particularmente las localidades cercanas a la laguna La Picasa. En el límite con Buenos Aires, La Picasa es una cuenca cerrada que recibe agua de varios afluentes. Desde el jueves Vialidad y Gendarmería Nacional cortaban totalmente el tramo de la ruta nacional 7 que la atraviesa.
Según informaron desde Gendarmería Nacional, la RN 7 continuaba cortada este sábado en un tramo de 54 kilómetros entre los kilómetros 369 y 423 por las lluvias y las condiciones climáticas adversas. La calzada se encuentra intransitable y resbaladiza.
Para el intendente de Rufino, Natalio Lattanzi, se vive “una situación límite” en la zona. En diálogo con Sin Mordaza, atribuyó los daños en la ruta 7 a que “durante muchos años no se bombeo y no se culminaron las obras”.
La RN 7 fue reinaugurada en 2007, después de estar ocho años inhabilitada por una crecida que la destruyó. En aquél entonces se habilitó un corredor de emergencia que no estaría preparado para recibir todo el tránsito de hoy.