Es probable que hayas llegado a un control de seguridad de un aeropuerto con tu botella de agua llena (o por la mitad) y un cartel te invite a dejarla allí. Pero después, en el free shop, podés comprar una. Entonces, surge la pregunta de ¿Por qué?, ¿Cuál es la diferencia?
De acuerdo con Steve Hersem, otrora subdirector de la división Humint de la CIA (la agencia de inteligencia de los Estados Unidos) la decisión de prohibir ciertos tipos de líquidos en los aviones se tomó después de haberse desbaratado en 2006 un complot terrorista.
El mismo fue descubierto como parte de la Operación Overt, en la que trabajaron el MI5 (la inteligencia británica) y la policía de Londres. En la operación, trascendieron los planes de Abdulla Ahmed Ali, un ciudadano británico con conexiones a terroristas.
“Se realizó una búsqueda secreta de las valijas de Ali cuando regresó a Reino Unido. (Durante esa búsqueda), se encontró una bebida hecha con polvo naranja y muchas baterías”, dijo Hersem a Mental Floss.
Mientras las autoridades vigilaban a Ali, lo vieron crear un agujero en la botella de una bebida para que pareciera que estaba sin abrir. Luego, depositó líquido explosivo en la botella, reseña el portal Gizmodo.
Después de que se descubrieran los planes de Ali, los gobiernos de distintos países establecieron la prohibición de que los pasajeros viajaran en la cabina con grandes cantidades de líquidos.
Actualmente, el límite habilitado en el aeropuerto es de 100 ml, y el o los envases/botellas deben estar dentro de una bolsa de cierre hermético. Y solo se permite llevar esta pequeña cantidad porque no es suficiente para causar explosiones.