Leandro Silva es el dueño de una de las casas baleadas el fin de semana. Hace un mes que comparte barrio con un familiar de la jueza Carolina Hernández que intervino en el juicio contra Los Monos. Pero Leandro, asegura, no tiene nada que ver con los Cantero ni con la camarista. “Si buscaban a alguien, se equivocaron”, dijo. No es la primera vez que la víctima de una balacera sale a decir que el agresor se equivocó de domicilio. Por otro lado, el ataque se dio a horas de la balacera con el Centro de Justicia Penal de Rosario y en un contexto de agresiones contra funcionarios judiciales vinculados a Los Monos.
En contacto con Radiópolis (Radio 2), Silva contó que el tiroteo ocurrió el sábado por la noche cuando ni él ni su mujer estaban su casa de Tarragona al 700 bis. De hecho, señaló, su esposa se dio cuenta de los agujeros de bala a la mañana siguiente, cuando barría la cochera.
Según fuentes oficiales, la balacera se registró el sábado entre las 21 y las 22. Los agresores abrieron fuego contra la casa de Leandro y contra la de su vecina. Sin embargo, a ambos los tomó por sorpresa; sobre todo a Silva que se mudó con su esposa hace apenas un mes. Él es empleado metalúrgico y su mujer, docente.
Aunque se desconocen los autores y motivos del tiroteo, trascendió que a unas cuadras vive un familiar de la jueza Carolina Hernández, una de las camaristas que tendrá a cargo el juicio de apelación sobre las condenas impuestas en abril pasado a Los Monos
No es la primera vez que atacan viviendas vinculadas a los magistrados del caso. Pasó con el padre del juez Juan Carlos Vienna, que inició la investigación contra los Cantero; y con propiedades que pertenecieron a Ismael Manfrín, presidente del tribunal que condenó a la banda.
Tampoco es la primera vez que los tiroteos se comenten contra blanco que estarían equivocados.
A principios de julio, una mujer fue baleada en Virasoro y las vías del ferrocarril y su vecina alertó que los disparos estaban dirigidos hacia vendedor de droga que vivió en su casa hasta hace unos dos días.
Algo parecido sucedió por la misma fecha, cuando una casa ubicada en República del Salvador al 3200, en barrio Godoy, fue rociada a balazos. En esa oportunidad, el propietario acudió a los medios para aclararle a sus agresores que él no es "el que andan buscando".
Incluso en los ataques a Manfrín, las casas baleadas ya no pertenecían al juez al momento de los tiroteos.