*Por el Dr. Jorge Luis Harraca, presidente de la Comisión de Cirugía Bariátrica y Metabólica de la Asociación Argentina de Cirugía, Director del Centro de Cirugía Rosario y Jefe del Servicio de Cirugía Bariátrica y Metabólica del Hospital Privado Rosario HPR.
La cirugía Bariátrica se ha desarrollado considerablemente en la ultima década, como resultado de su efectividad y del fuerte y sostenido incremento de casos de obesidad severa tanto en nuestro país como en el mundo.
Los índices de obesidad, cada vez más elevados, generan gran preocupación a nivel público y privado y significan un compromiso cada vez mayor para los especialistas en la materia en cuanto a la búsqueda de métodos y técnicas cada vez más efectivas y menos complejas para el control de esta enfermedad.
Si bien las técnicas evolucionaron notoriamente en los últimos años, logrando procedimientos mucho menos cruentos que los que se utilizaban años atrás, y con una rápida recuperación, la intervención Bariátrica genera ciertas dudas comunes que presentan quienes consultan por la intervención, una de ellas es:
¿Quiénes son candidatos para operarse?
Existen criterios clásicos en este sentido, que datan del año 1991. Éstos consideran candidatos a aquellos pacientes que tienen lo que se denomina obesidad mórbida, esto es un índice de Masa Corporal (IMC) superior a 40. El IMC es una forma que tenemos de establecer cuál es la situación de peso del paciente. Este es igual a su peso dividido la talla al cuadrado.
Pero existe además un segundo grupo de candidatos a la cirugía Bariátrica, que son aquellos pacientes con un IMC de entre 35 y 40 (obesidad severa) cuyo sobrepeso está asociado a una enfermedad importante que potencia los riesgos, por ejemplo diabetes, afecciones coronarias y otras.
Cabe destacar, sin embargo, que estos criterios cambiaron marcadamente con el paso del tiempo, al ritmo de los avances en la investigación, y al conocer cada vez más implicancias de la obesidad en términos de riesgos a futuro para la expectativa de vida. Las técnicas actuales son mucho menos invasivas, con recuperación precoz, con internación promedio de 48 horas, con pequeñas incisiones, y con procedimientos de alrededor de una hora de duración. Esto ha llevado a que cada vez se operen más pacientes con grados de obesidad menos extrema que años atrás.
¿Hay algún otro requisito además del Índice de Masa Corporal (IMC)?
En realidad, por un lado lo que se valora es el peso del paciente y la magnitud de la enfermedad y, por otro lado, que la obesidad no sea de reciente comienzo. Es importante determinar que la enfermedad ya tenga su tiempo de evolución. También es recomendable que el paciente tenga un parámetro de edad habitual -entre los 18 y los 65 años-. Si bien la cirugía puede realizarse fuera de este rango de edad, cuando no se está comprendido dentro de estos parámetros hay que analizar el caso en particular con un abordaje interdisciplinario.
¿En qué casos no se puede realizar la cirugía Bariátrica?
La cirugía no se debe realizar en aquellos pacientes que tienen, por ejemplo, trastornos primarios de la alimentación, como por ejemplo bulimia y anorexia. Esto no quiere decir que quien sufre esta enfermedad no podrá operarse nunca, pero deberá tener un tratamiento previo tal vez más complejo.
Tampoco se debe realizar la intervención cuando el paciente tiene alguna adicción (alcohol, droga). Al igual que el caso anterior, no es que nunca podrán operarse sino que necesitan haber tenido un tiempo de abstinencia más que prudencial y un control médico exhaustivo.
En tercer lugar, la cirugía tampoco es recomendada para quienes padecen trastornos psiquiátricos severos descompensados, tales como psicosis, trastorno bipolar, entre otros, que no hayan sido correctamente tratados.