Adiós a Internet Explorer. El conocido navegador pasará a la historia en la próxima versión del sistema operativo de Microsoft, Windows 10, que saldrá al mercado este otoño. Spartan, más moderno, con diseño limpio, sin apenas bordes y con el reconocimiento de voz como novedad en su manejo, será el sustituto.

Entre las novedades de Spartan, nombre temporal, se encuentran la opción de tomar una imagen en tiempo real de la página que se está visitando y hacer anotaciones sobre la misma para compartirla con amigos, contactos o colegas del trabajo. Otro de los puntos mejorados es el modo de lectura, que trata de potenciar el tiempo en página, uno de los factores clave en las negociaciones publicitarias en Estados Unidos, que servirá para potenciar el texto sin distracciones.

Además, por primera vez, se contará con la misma interfaz en celular, tableta y PC, ya que la idea es que, como sucede con el sistema operativo con el que nace, Windows 10, la experiencia sea muy similar en cualquier formato.

Fue Chris Capossela, director de marketing de Microsoft, quien anunció el fin del Explorer durante una conferencia de la firma. Tan solo habrá una excepción, las empresas. Se mantendrá solo si las compañías lo piden y siempre que argumenten motivos de compatibilidad que impidan el normal funcionamiento de la compañía.

Historia

La inclusión de Explorer como navegador por defecto en los ordenadores Windows fue clave para su expansión. Era el que venía instalado, una ventaja competitiva que le granjeó no solo críticas de los competidores, sino también multas por parte de Bruselas, que lo consideró una clara forma de abuso de posición dominante en el mercado.

Su declive fue paulatino, pero sin freno. Primero con el despegue de los ordenadores Mac, que lo imitaron usando Safari como navegador por defecto. Después, con la llegada de Firefox, creado por una fundación sin ánimo de lucro y muy escrupuloso con los estándares de la industria. Su gran innovación llegó en forma de pestañas, un método para tener varias páginas abiertas sin necesidad de tener varias sesiones que consumían un gran número de recursos de la computadora.

El último en sumarse fue Google, con Chrome. Ligero, con un menú mínimo y rápido en la carga, pero también polémico. Su barra única servía tanto para teclear direcciones web como para hacer búsquedas en su servicio sin una distinción clara para los usuarios menos avanzados. En la actualidad, según NetMarketShare, Explorer, sumando sus diferentes versiones, llegaba al 57 por ciento de cuota mundial en febrero de este año. Seguido por Chrome, con un 25 por ciento y por Firefox, con un 11 por ciento.