Las fibras artificiales o sintéticas son elaboradas a partir de la modificación de productos naturales, mediante un proceso industrial llamado polimerización, y según publica el sitio revistasaludalternativa.com, el uso de este tipo de fibras representa más del 50 % del total de las fibras textiles. Los argumentos son numerosos: se consiguen a menor precio, tienen mejor apariencia, no necesitan demasiados cuidados con respecto al planchado y, principalmente, se utilizan en gran medida para fabricar la ropa que está “de moda”. Sin embargo, son pocos los que conocen el origen de esas telas, y sobre todo los perjuicios que pueden causar.

¿Cuáles son los riesgos para la salud?

Una de las causas de los problemas de salud que la fibra sintética ocasiona, se debe a su escasa capacidad para permitir la transpiración corporal, ya que la compactividad del material impide absorber la humedad.

Como consecuencia de lo anterior, las fibras artificiales ocasionan distintos problemas en la piel. Por lo general, estas telas causan alergias y otro tipo de reacciones. Por ejemplo, el perlón (o lana artificial) es causante de dermatitis y otras alergias cutáneas.

¿Sabemos qué nos ponemos?

Nylon: es la primera fibra sintética que apareció en el mercado. Puede ser brillante o mate, siendo altamente sensible a las altas temperaturas. Es una de las que menos absorción de agua posee, y prácticamente no resiste los rayos ultravioletas. Por lo general, el nylon se mezcla con fibras naturales para bajar los costos.

Rayón (seda artificial): al igual que el nylon, impide que la piel respire normalmente. Además, retiene la humedad, provocando el aumento de la transpiración corporal.

Poliéster: es una de las fibras sintéticas que más se utiliza en la fabricación de camisas y sábanas, ya que no requiere plancha. Puede encontrarse en sus variedades brillante o mate. Tiene la desventaja de no absorber el sudor, por lo que produce la fermentación del mismo y, en consecuencia, olores demasiado fuertes.

Viscosa: a diferencia de las anteriores, esta tela tiene un gran poder de absorción, ya que presenta características similares al algodón. No obstante, es poco resistente a los lavados, pudiendo perder su color fácilmente.

¿Cuál es su origen?

Las fibras artificiales se obtienen a partir de sustancias químicas que se producen de materiales como el petróleo, la madera y el carbón. Así es como el nylon, el poliéster y el acrílico se confeccionan con subproductos del petróleo y el carbón, mientras que la viscosa y el acetato surgen de la celulosa de la madera.