Rosario3.com, publicó en esta misma sección una nota que hacía referencia al primer trasplante hepático realizado en el Hospital Privado Rosario, donde se había constituido la nueva Unidad de Hígado, cuyo equipo de Trasplante Hepático, integran Daniel Beltramino (Jefe del equipo y especialista en Cirugía Hepato Bilio Pancreática), Andrés Ruf (Sub-jefe de equipo y Coordinador de la Unidad), Daniel Mahuad (Especialista en Cirugía Hepato Bilio Pancreática), Melisa Dirchwolf (Hepatología), Bruno Di Mónaco (Anestesia), Silvia Luján (Terapia Intensiva), Marcela Vera Blanch (Infectología), Nahuel Guadagnoli (Programa Federal de Procuración). A partir de esa constitución, la región cuenta con una nueva Unidad de Hígado, la que tiene capacidad para cubrir todas las necesidades de los pacientes con afecciones hepato bilio pancreáticas agudas y crónicas.
Dos de los profesionales que intervinieron en estos dos trasplantes recientemente realizados, hacen referencia a todo el operativo que incluye logística, ablación del órgano donde éste se encuentre, traslado del mismo y trasplante; “todo este operativo comienza mucho antes”, comienza diciendo Andrés Ruf, médico Coordinador de la Unidad de Hígado y Subjefe del Equipo de Trasplante Hepático del HPR; y agrega: “Hace más de dos años comenzamos a trabajar para consolidar este proyecto y formar gente de fuera de Rosario para integrar la Unidad y que recién hoy damos a conocer. Este grupo cuenta con profesionales que no sólo son especialistas de hígado y cirujanos hepato biliares como Daniel Beltramino y Daniel Mahuad; sino enfermeras, asistentes sociales, psicólogos, infectólogos, etc. Todo lo cual nos lleva a reflexionar que este proyecta termina con el inicio de la Unidad, lo que para nosotros es una gran apuesta; ya que con esta unidad cubrimos la atención de todas las enfermedades del hígado. Y cuando una enfermedad de hígado no encuentra solución debemos recurrir al trasplante. Nuestra Unidad atiende de las enfermedades más simples del hígado hasta el trasplante que es la más compleja”.
- ¿Podemos verlo del lugar del paciente, en este caso, una mujer de 41 años, madre de dos hijos que llegó a la consulta?
- Su enfermedad integra el grupo de patologías del hígado que representan sólo el 10% de las enfermedades que exigen que recurramos al trasplante; se trata de una hepatitis fulminante, cuya característica nos dice que el enfermo no recorre una historia con la enfermedad en donde el trasplante va a poner fin a un sufrimiento de muchos años; ésta es una enfermedad aguda; tiene pocos días de evolución.
- ¿Cómo llegó a ustedes la paciente?
- La paciente es del norte de Santa Fe. Un médico de Corrientes se comunica con nosotros contándonos el caso. Muchos de los integrantes que conformamos la Unidad Hepática del Hospital Privado Rosario, somos referentes conocidos en la Argentina por nuestra trayectoria; por eso recibimos muchos llamados donde nos comentan casos; éste fue uno de ellos. Convinimos que lo complejo del caso no lo iban a poder manejar allí; les dijimos que había que hacerlo en una unidad con la complejidad necesaria, convinimos en ponernos en contacto con la familia. Fue lo que hicimos. La paciente tenía una enfermedad aguda con pocos días de evolución con unos análisis de laboratorio que mostraban una hepatitis aguda; la paciente ya se había puesto amarilla. La rápida evolución generaba en la paciente cambios en su conducta. Tenía una encefalopatía hepática y mala función cerebral. Después de estudiar el caso decimos que no teníamos otra chance más que recurrir al trasplante hepático.
- ¿Allí decidieron poner en marcha el operativo trasplante?
- Sí. Incluimos al paciente en lista de espera en el INCUCAI que jerarquiza a estos casos sobre otros, ya que los mismos no pueden esperar por la expectativa de pocos días de vida que tienen estos pacientes. Se incluyen en una lista que se llama de Emergencia Nacional. Cualquier órgano del país va primero para estos pacientes.
Tuvimos un llamado de otra provincia que nos informaba de una familia donante y organizamos el mecanismo de trasplante, lo que implicó, en este caso, que Daniel (Mahuad) viajara en avión; viaje que se tuvo que completar por vía terrestre ya que la localidad de donde era el donante no cuenta con aeropuerto. Es muy complejo entrar a un hospital que no se conoce y practicar una ablación para traer un bien tan preciado como el órgano imprescindible para el trasplante.
Daniel Mahuad es un joven médico con años de experiencia: “En la Unidad de Trasplantes los médicos cirujanos que la integramos somos los encargados de ir a buscar los órganos; por eso estamos entrenados para hacer las ablaciones y los trasplantes. Hacemos las dos cosas y es un trabajo que demanda muchas horas”, dice Mahuad; y afirma: “el operativo comenzó a las 20 horas de un día y el trasplante se pudo realizar a las 18 horas del día siguiente”.
. ¿Muchas horas, mucha concentración y un gran esfuerzo?
- Sí, para la persona que va a buscar el órgano le significa dos cirugías. La operación que se le practica al donante es muy compleja. De esos órganos depende la vida de otras muchas personas esperanzadas de poder utilizar a los mismos.
Luego, unas horas después, viene la cirugía del implante. Cirugía con la cual le damos la oportunidad a una persona de seguir con vida.
- ¿Qué piensa de los integrantes de las familias de los donantes?
- En el donante cadavérico, los donantes demuestran que tienen amor en el dolor. Les dan la posibilidad de la vida a otras personas. En el donante vivo, es diferente; un padre una madre o hermanos les da parte de su vida a un receptor y se arriesgan para darla.
- ¿Qué es lo que siente el médico que está en un operativo de trasplante?
- La verdad que es un momento único. Nos sentimos útiles, necesarios y felices de poder hacerlo. Todo el esfuerzo que requiere un operativo de trasplante está bien recompensado cuando vemos que estamos llevando vida. Somos parte de un equipo en el que participan muchas personas, cada una de las cuales tienen su importancia.
- ¿Qué podemos saber de un operativo de trasplante?
- A veces parece algo imposible de llevar a cabo. Cuando comenzamos este operativo llegamos hasta hablar por teléfono con la persona que abre el aeropuerto de la localidad rural a donde teníamos que ir. De encargarnos de preguntar si tal avión puede o no aterrizar allí y en qué condiciones. Fueron unas 60 llamadas telefónicas para tratar de coordinar todo el proceso. De coordinar todo, hasta el más simple de los detalles para que todo saliera bien.
En primer lugar debemos agradecer a la familia del donante que le brindó a mucha gente la posibilidad de seguir viviendo; o poder hacerlo con buena calidad de vida.
En el momento de la ablación cada uno de los cuatro equipos quirúrgicos a los que se les había adjudicado los respectivos órganos trabajamos conjuntamente en procura de los mismos.
El INCUCAI hace un esfuerzo enorme en la coordinación de las acciones para que nada falle y cada equipo pueda ir a su lugar con el órgano en tiempo y forma. Trabajan de forma impecable; son profesionalmente prolijos.
- ¿Y el viaje de vuelta?
- Este operativo nos demandó mucho esfuerzo y el cansancio respectivo. En estos casos nos acosa el reloj. Al llegar a Rosario, nos trasladamos en una ambulancia con la sirena constante ya que atravesamos la ciudad en una hora de mucho tránsito. El doctor Daniel Beltramino esperaba junto a todo el equipo y con la paciente con la que ya había comenzado a hacer la cirugía receptora para que al llegar el órgano, inmediatamente se pudiera trasplantar. Este trabajo nos exige una precisión de relojería; ya que ese órgano debe ser trasplantado lo antes posible para que no sufra. Todo lo cual genera ansiedad en cada uno de nosotros.
El nuestro es un equipo que acaba de hacer dos trasplantes, en menos de un mes, en Hospital Privado Rosario; pera cada uno de nosotros tenemos mucha experiencia en los lugares en que hemos trabajado; ya que hacer un trasplante exige la experiencia adquirida por cada uno de los integrantes de estos equipos, en sus trayectorias profesionales.