La avenida Arturo Illia de Funes se transformó desde hace un tiempo en una trampa mortal para quienes la transitan. Une Rosario con la vecina localidad a través de la avenida Mendoza, que luego del Mercado de Concentración se llama San José de Calasanz.
Una vez que se pasa por el estadio mundialista de Hockey y el arroyo Ludueña, comienza una serie de imperfecciones en la traza que representan un peligro para los conductores: más de 30 pozos, sin demarcación de la calzada, ni banquinas en buenas condiciones ni protección ante los zanjones que hay en uno de los laterales.
Ese estado se extiende hasta la calle Hipólito Irigoyen, previo a que pase a llamarse Fuerza Aérea y comience la zona de country. En el camino se encuentra uno de los accesos al aeropuerto de Fisherton a través de Alberto J Paz.
Un informe del periodista Juan Cruz Funes en De 12 a 14 (El Tres) desde el lugar, mostró las maniobras arriesgadas que los conductores deben hacer para evitar caer en los pozos y romper sus vehículos, pero también evitar pasar por arriba del asfalto levantado, otro problema que tiene la arteria.
Los vecinos reflejan lo que viven a diario. "A mi se me rompió dos veces el tren delantero del auto", remarcó uno de ellos, mientras que otro que vive hace 15 años en la zona dijo que "siempre estuvo en un estado desastrozo".
"Están esperando que ocurra una desgracia", advirtió un conductor. Otro calificó el lugar como una "zona de guerra" y pidió que se pavimente cuanto antes.
Obras que no se hicieron
En mayo de 2017, el municipio de Funes realizó la apertura de sobres para la licitación de la obra que prometía arreglar por completo la traza. Un presupuesto de 73 millones de pesos para bachear 4500 metros de pavimento.
Desde la intendencia de Diego Barreto y la secretaria de Servicios Públicos se había detallado en su momento al portal Funes Hoy que el plazo de obra era de doce meses, u ocho en caso de que "todo transcurra normalmente". Los fondos para realizar los trabajos iban a ser enviados por el gobierno nacional de Cambiemos, mismo signo político que gobierna Funes.
Ese tiempo pasó y no sólo que la obra no terminó sino que las tareas ni comenzaron. Todo está a la vista, entre el arroyo Ludueña y la calle Hipólito Irigoyen.