El titular del Partido Justicialista intervenido, José Luis Gioja, confirmó en la puerta de la sede partidaria y frente a un cordón policial, que este miércoles a primera hora, presentará la apelación a la decisión judicial de intervenir el partido y admitió que si un tribunal de alzada ratifica a Luis Barrionuevo como interventor "vamos a acatar lo que diga la Justicia".
En tanto, Barrionuevo pidió el desalojo de la sede partidaria situada en Matheu 130, tras lo cual la policía de la ciudad dispuso un despliegue de efectivos para impedir el ingreso de personas al edificio.
El despliegue de agentes en la puerta del edificio se dispuso luego de "una consulta" con la jueza María Romilda Servini, quien ordenó la intervención del principal partido de la oposición.
Barrionuevo hizo el pedido de desalojo en la comisaría sexta tras alegar que el presidente del PJ, José Luis Gioja, se negaba a abandonar el edificio.
Tras la consulta con la jueza, "se dispuso la implantación de un servicio policial que impida nuevos ingresos al local partidario y permita la salida irrestricta", precisaron las fuentes.
El designado interventor había asegurado esta tarde al salir de la sede partidaria que "el compañero Gioja" se había "encerrado en una oficina" y que por ese motivo iba a "pedir el desajolo a la Justicia" al tiempo que confirmó que acababa de "asumir la intervención".
"Acabo de asumir la intervención", manifestó Barrionuevo a los periodistas que lo esperaban en la puerta del edificio situado en el barrio de Once.
"Quiero que sepan que ahora el compañero (Jose Luis) Gioja - presidente del partido apartado por decisión de la jueza federal María Romilda Servini- se ha encerrado en una oficina", dijo y aclaró que, aunque no quiere "violentar nada", pedirá "el desalojo a la justicia pero sin incidentes".
"No venimos a pelearnos con nadie", afirmó Barrionuevo en referencia al diputado y ex gobernador por San Juan.
El diálogo con la prensa tuvo lugar minutos más tarde de su entrada al edificio, poco después de las 15, al que llegó custodiado por un grupo de afiliados gastronómicos que lo recibieron al grito de "¡Perón, Perón!".
Por último, consultado por los periodistas, dijo que la intervención del partido era necesaria ya que "estaba en acefalía" y aclaró antes de retirarse: "En estos momentos el interventor según la justicia soy yo".
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