El sábado hubo “mateada popular”, en repudio a los dichos de la ya famosa “cheta de Nordelta”. Y hasta uno de los dueños del grupo inversor que desarrolló el proyecto, Eduardo Costantini, compartió una foto en la que se lo podía ver tomando mate en su mansión junto a uno de sus hijos, Gonzalo.
Era al mismo tiempo que en en Mar del Plata miles de personas participaron de una mateada masiva en la Bristol, uno de los lugares discriminados por la mujer