En medio de promesas del Vaticano de encarar una "revolución copernicana" para enfrentar los abusos, el papa Francisco aprobó la creación de un "grupo de expertos" para ayudar a conferencias episcopales en dificultades para encarar estos temas, entre otras medidas para combatir la pederastía.

El pontífice pidió este domingo adoptar "todas las medidas necesarias" para "erradicar la brutalidad" de la pederastía por parte de sacerdotes al cerrar la cumbre de cuatro días con la que la Iglesia busca marcar un "punto de no retorno" en la lucha a los ataques sexuales a menores de parte de miembros del clero.

En esa línea, el moderador del encuentro Federico Lombardi anunció que están "en camino" tanto un vademécum para ayudar a los obispos en la lucha contra la pederastía como un nuevo decreto papal (Motu Propio) sobre la protección a los menores y personas vulnerables para reforzar la prevención y la lucha en la Curia romana y en la Ciudad del Vaticano.

La tercera propuesta que será concretada tras la aprobación del papa Francisco será la creación de "un grupo de expertos para ayudar a conferencias episcopales en dificultades para encarar estos temas", apuntó Lombardi en rueda de prensa.

"Ha llegado la hora de colaborar juntos para erradicar dicha brutalidad del cuerpo de nuestra humanidad, adoptando todas las medidas necesarias ya en vigor a nivel internacional y a nivel eclesial", convocó este domingo el pontífice al dar su discurso de cierre.

Entre la serie de medidas formuladas con la guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Francisco destacó los objetivos de "la protección de los menores".

"El objetivo principal de cualquier medida es el de proteger a los menores e impedir que sean víctimas de cualquier abuso psicológico y físico", advirtió.

También se refirió, entre otras medidas, a mejorar la formación de sacerdotes, escuchar a las vícitmas y actuar frente al turismo sexual.

Antes de Bergoglio, el arzobispo de la ciudad australiana de Brisbane, Mark Benedict Coleridge, había convocado en nombre de la Curia a una "revolución copernicana" que descubra "que aquellos que han sido abusados no giran en torno a la Iglesia, sino la Iglesia alrededor de ellos".

Durante su discurso, el papa se refirió también a la "plaga" de los abusos más allá de la Iglesia.

"Estamos ante un problema universal y transversal que desgraciadamente se verifica en casi todas partes", describió. "Debemos ser claros: la universalidad de esta plaga, a la vez que confirma su gravedad en nuestras sociedades, no disminuye su monstruosidad dentro de la Iglesia. La inhumanidad del fenómeno a escala mundial es todavía más grave y más escandalosa en la Iglesia, porque contrasta con su autoridad moral y su credibilidad ética", planteó de todos modos. 

"En los abusos, nosotros vemos la mano del mal que no perdona ni siquiera la inocencia de los niños", lamentó. 

Durante toda la semana organizaciones de víctimas se movilizaron en Roma en reclamo de "tolerancia cero" con los abusadores, aunque no lograron reunirse en privado con Bergoglio.

En ese marco, y recogiendo algunas de las propuestas de los grupos de trabajo durante la cumbre, Francisco reconoció que "se debe no solo intentar limitar los gravísimos abusos con medidas disciplinares y procesos civiles y canónicos, sino también afrontar con decisión el fenómeno tanto dentro como fuera de la Iglesia". 

Además, se refirió a la pederastía como "un fenómeno históricamente difuso en todas las culturas y sociedades".

"Teatro de la violencia no es solo el ambiente doméstico, sino también el barrio, la escuela, el deporte y también, por desgracia, el eclesial", planteó el papa.

Las siguientes son las medidas anunciadas por el Papa:


1. "Protección de los menores". Según el pontífice, "el objetivo principal de cualquier medida es el de proteger a los menores e impedir que sean víctimas de cualquier abuso psicológico y físico".  "Por lo tanto, es necesario cambiar la mentalidad para combatir la actitud defensiva-reaccionaria de salvaguardar la Institución, en beneficio de una búsqueda sincera y decisiva del bien de la comunidad, dando prioridad a las víctimas de los abusos en todos los sentidos", afirmó Bergoglio. 

2. Francisco reclamó como segunda medida mantener "seriedad impecable" en la lucha contra la pederastía. En ese punto, afirmó que "la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes" y prometió que la institución "nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso". 


3. Según Bergoglio, el tercer punto debe ser "una verdadera purificación", ya que "se necesita imponer un renovado y perenne empeño hacia la santidad en los pastores". 
"En realidad, no debemos caer en la trampa de acusar a los otros, que es un paso hacia la excusa que nos separa de la realidad", agregó sobre este punto.

4. En cuarto lugar, el Papa se refirió a la importancia de la formación de los seminaristas y candidatos al sacerdocio.
"Es decir, la exigencia de la selección y de la formación de los candidatos al sacerdocio con criterios no solo negativos, preocupados principalmente por excluir a las personas problemáticas, sino también positivos para ofrecer un camino de formación equilibrado a los candidatos idóneos, orientado a la santidad y en el que se contemple la virtud de la castidad", propuso. 

5. Francisco hizo hincapié en "reforzar y verificar las directrices de las Conferencias Episcopales" como forma de "reafirmar la exigencia de la unidad de los obispos en la aplicación de parámetros que tengan valor de normas y no solo de orientación". 
"Ningún abuso debe ser jamás encubierto ni infravalorado, porque el encubrimiento de los abusos favorece que se extienda el mal y añade un nivel adicional de escándalo", reclamó en esa dirección, tras criticar que esa práctica fue "costumbre en el pasado". 

6. Bergoglio mencionó la necesidad de "acompañar a las personas abusadas" y destacó que "la Iglesia tiene el deber de ofrecerles todo el apoyo necesario, valiéndose de expertos en esta materia". 

7. Enfocado en los peligros del "mundo digital", Francisco focalizó el séptimo punto en que "la protección de los menores debe tener en cuenta las nuevas formas de abuso sexual y de abusos de todo tipo que los amenazan en los ambientes en donde viven y a través de los nuevos instrumentos que usan", especialmente en lo relativo a los sitios que distribuyen pornografía. "Es necesario oponernos absolutamente, con la mayor decisión, a estas abominaciones, vigilar y luchar para que el crecimiento de los pequeños no se turbe o se altere por su acceso incontrolado a la pornografía, que dejará profundos signos negativos en su mente y en su alma", reclamó. 

8. El último punto propuesto por el Papa en su mirada para combatir a los abusos dentro y fuera de la Iglesia es la focalización sobre el turismo sexual.  "Para combatir el turismo sexual se necesita la acción represiva judicial, pero también el apoyo y proyectos de reinserción de las víctimas de dicho fenómeno criminal", pidió.