El trasplante de órganos es en muchos casos la única alternativa para que pacientes gravemente enfermos puedan continuar con su vida. Sin embargo esta intervención supone un riesgo, que consiste en que el sistema inmunológico del receptor lo rechace, poniendo a la persona en peligro. Un grupo de científicos acaba de descubrir una forma de evitar esa reacción.
Ocurre que una vez concretado el trasplante, el sistema inmune detecta las células “extrañas” y las combate como si fueran un virus o bacteria. Esto puede ocurrir en la mitad de las personas con órganos trasplantados en un periodo de 10 a 12 años.
Para descubrir qué es lo que ocurre, especialistas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.) y de la Universidad de Toronto (Canadá) analizaron un ratón trasplantado y descubrieron que la “proteína reguladora de señales alfa” (SIRP-alfa) es la responsable de activar esa respuesta.
Cuando esta proteína es diferente entre el donante y el receptor, el sistema lo combate. Para evitar esto, debe procurarse emparejar a receptores y donantes cuyas SIRP-alfa sean lo más similar posible, y luego bloquear la activación de este mecanismo de defensa.
“Por primera vez, tenemos una visión de los primeros pasos que dan lugar al rechazo”, explicó Fadi Lakkis, uno de los autores de la investigación publicada en la revista Science Inmunology y reproducida por ABC Salud. “La interrupción de este primer reconocimiento de los tejidos extraños por el sistema inmune innato suprimiría todo el proceso de rechazo ya en sus primeras etapas, y podría prevenir el fracaso del trasplante”, añadió.
Los científicos estiman que esto se daría de la misma forma en humanos, y por eso ya comenzaron a profundizar la investigación para probar sus descubrimientos en personas.