Abusar de la sal en las comidas aumenta, y mucho, el riesgo de padecer hipertensión arterial. Un aspecto a tener muy en cuenta dado que, por un lado, esta hipertensión es la principal causa de mortalidad en todo el mundo. Sin embargo, parece que el exceso de la ingesta de sal no "solo" afecta al sistema circulatorio y, por ende, dispara nuestro riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular. También deteriora nuestro cerebro.
Y es que como muestra un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Weill de la Universidad de Cornell en Ithaca (EE.UU.), las dietas ricas en sal provocan cambios en el sistema inmune en el intestino que pueden causar déficits en la función cognitiva. O así sucede, cuando menos, en modelos animales –ratones, tal como publicó abc.
Como explica Costantino Iadecola, director de esta investigación publicada en la revista "Nature Neuroscience", "las dietas ricas en sal se asocian a un incremento del riesgo de enfermedades cerebrovasculares y demencia, pero no sabemos cómo esta sal provoca daños en el cerebro. En nuestro trabajo mostramos que el exceso de sal en la dieta suprime el flujo sanguíneo cerebral en reposo y la función endotelial, conllevando así al desarrollo de deterioro cognitivo".