El aula, como entorno de aprendizaje y espacio físico, debe permitir y promover un correcto intercambio de conocimientos. En ella, lo ideal es que los estudiantesse sientan cómodos, seguros y libres para aprender en un entorno que se adapte a sus necesidades y no sea demasiado rígido.
Esta visión de la educación resulta particularmente adecuada a la época contemporánea y las características mismas de los estudiantes de las nuevas generaciones. Para llevarla adelante, los expertos en Pedagogía señalan la necesidad de lograr aulas adaptables y flexibles.
¿Aula adaptable?
El espacio de clase debe adaptarse a dos aspectos fundamentales:
- Las diferentes características y necesidades curriculares de los estudiantes, comprendiendo que cada uno de ellos posee sus peculiaridades y, por tanto, no todos aprenden de la misma forma.
- Las nuevas tecnologías típicas del siglo XXI, y las contribuciones que estas pueden aportar tanto para los estudiantes como para los docentes.
Estos cambios implican una ruptura con el modelo tradicional del aula, cambiando el papel de los docentes en ellas, haciendo que estos pasen a actuar como facilitadores del conocimiento y no como únicos transmisores del mismo.
¿Aula flexible?
Como espacio físico, el aula debe ser flexible a las nuevas necesidades de los estudiantes. Esta flexibilidad debe manifestarse en dos aspectos fundamentales:
- El mobiliario y los elementos físicos con los que cuenta el aula, pasando de los clásicos pupitres a las mesas que facilitan el trabajo en equipo y la colaboración.
- La disposición de los elementos, buscando la adaptación a las diferentes necesidades de los estudiantes y permitiendo que el docente disponga de diferentes modalidades para la clase sin necesidad de hacer ajustes físicos en esta.
¿Cuáles son las ventajas de este modelo?
Un aula adaptable y flexible se encuentra especialmente diseñada para hacer un uso más inteligente y eficiente de dicho espacio. Las principales ventajas de este modelo, tanto para estudiantes como para docentes son:
1. Los estudiantes pueden trabajar de forma colaborativa.
2. Se promueve la igualdad dentro del aula.
3. La comunicación entre estudiantes y docentes resulta más fluida.
4. Los espacios y las acciones académicas potencian la creatividad.
5. Se crea el sentimiento de comunidad o grupo.
En definitiva, las aulas adaptables y flexibles son las que hacen de la inclusión una posibilidad real. En ella todos los estudiantes logran satisfacer sus necesidades académicas y encuentran elementos que les permiten progresar en su aprendizaje considerándolos como sujetos únicos y no simples integrantes de un grupo homogéneo.
Fuente: Universia Argentina