Unas 400 personas mueren al año en la Argentina por asma, alertaron especialistas, que afirmaron que "un diagnóstico precoz, un tratamiento adecuado y el cuidado del ambiente son cruciales para controlar la enfermedad", cuyo día mundial se conmemora cada 2 de mayo.

"El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias (bronquios) caracterizada por ataques recurrentes de tos, sensación de falta de aire y sibilancias (silbidos en el pecho), que varían en severidad y frecuencia. Esos síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas personas, se agravan durante la actividad física o por la noche", explicó a Télam Claudio Parisi, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (Aaaeic).

Así, durante una crisis o ataque de asma, los bronquios se inflaman y se estrechan las vías aéreas, lo que provoca una disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones.

"Esos fenómenos son desencadenados habitualmente por infecciones virales, alérgenos y contaminantes ambientales, como pasa por ejemplo con los granos de polen, que se dispersan con facilidad por el aire por su tamaño y forma y provocan una hipersensibilidad que ocasiona rinoconjuntivitis y asma bronquial polínica más frecuentemente entre los habitantes de centros urbanos, ya que la contaminación de las ciudades potencia los efectos alergénicos", detalló.

Parisi destacó además que a menudo el asma no se diagnostica correctamente, no recibe el tratamiento adecuado ni se indican medidas preventivas, "lo que genera una importante carga para los pacientes y sus familiares, que ven limitadas sus actividades físicas e intelectuales, con el consecuente deterioro en su calidad de vida".

"Gracias a los adelantos terapéuticos actuales la mortalidad por asma disminuyó en las últimas tres décadas; no obstante, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2005 murieron 255.000 personas por esa causa, mientras que en la Argentina mueren unas 400 personas al año", precisó y agregó que su prevalencia estimada en adultos en el país es del 6 por ciento, mientras que en niños y adolescentes llega al 15 por ciento.

Y continuó: "Esa situación puede evitarse, por lo que debemos hacer más esfuerzos para lograr el objetivo propuesto, que es el control total de la enfermedad".

Consultado sobre el tratamiento del asma, el especialista señaló que a pesar de que la terapia en base a corticoesteroides y broncodilatadores inhalatorios constituye la primera línea de tratamiento, en un gran porcentaje de pacientes -sobre todo en la infancia- la patología es de origen alérgico.

"Seis de cada 10 pacientes con asma severa son alérgicos, por lo que el estudio de la sensibilización a alérgenos inhalatorios tanto del interior de los hogares como del exterior y el posterior tratamiento específico es una herramienta extremadamente útil para modificar el curso natural de la enfermedad", aseguró Parisi.