Otros dos empresarios se presentaron este viernes en Los Tribunales de Comodoro Py, donde negociaron su arrepentimiento. Se trata de el ex titular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner y el ejecutivo de Electroingeniería, Jorge Neira, quienes podrían aportar datos de relevancia para la causa.
El ex titular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner, estuvo durante más de cuatro horas en el quinto piso de Comodoro Py reunido con el fiscal Stornelli, quien finalmente aceptó su pedido de convertirse en el nuevo imputado colaborador. Apuntado como partícipe necesario de la asociación ilícita que movió, según la Justicia, cerca de 200 millones de dólares en sobornos durante diez años.
El dueño de la constructora Esuco comenzó a negociar el jueves con las autoridades judiciales para sumarse a la lista de los "arrepentidos" en este expediente.
El empresariado de la construcción y del sector energético aún sigue conmocionado por la causa que investiga un entramado de coimas millonarias que los tiene como principales aportantes de los fondos ilegales, según la Justicia.
En una semana 23 empresas quedaron investigadas en el expediente por asociación ilícita y la AFIP, según fuentes judiciales, inició una investigación por presunta evasión fiscal y lavado de activos.
Por su parte, Jorge Guillermo Neira, ejecutivo de Electroingiería, negoció para convertirse en arrepentido y sumarse así a la lista de empresarios que ofrecieron colaborar con la causa que investiga el relato de los cuadernos de las coimas .
Neira llegó a un acuerdo con el fiscal Carlos Stornelli , y ahora deberá esperar a que el juez Claudio Bonadio decida si lo homologa o no.
Electroingeniería es una de las empresas que a partir de 2003 dio un salto en sus negocios y se convirtió en una de las grandes jugadoras de la obra pública nacional. La empresa fue fundada por Osvaldo Acosta en 1977 y arrancó produciendo tableros eléctricos, pero con el exgobierno se convirtió en una importante contratista pública.
Neira quedó detenido la semana pasada por su aparición en los cuadernos del chofer Oscar Centeno. Es una de las caras visibles de la empresa, cuyo dueño es Acosta.