El miércoles pasado ingresó al Concejo Municipal el último estudio de costos del transporte urbano de pasajeros. El informe arrojó un boleto de 16,45 pesos –3,50 pesos arriba del precio actual–, disparado por la quita de subsidios nacionales a los salarios de los choferes, el aumento de tarifas y la caída de pasajeros. Para el concejal Osvaldo Miatello, la clave (y el desafío) para frenar el aumento reside en sumar pasajeros al sistema, una variable que a su entender, no tiene en cuenta la Intendencia y que podría solucionarse con la puesta en marcha del nuevo sistema.
“En el último año, según el estudio de costos, se produjo una caída del 7% en la cantidad de usuarios del sistema, unos 8 millones de viajes menos”, observó Miatello en contacto con Rosario3.com. “De haberse mantenido la cantidad de pasajeros del año anterior, el costo de abril habría sido más bajo”, llamó la atención.
"Necesitamos ayuda de la provincia, que cumpla su papel para favorecer la puesta en funcionamiento del nuevo sistema y aportar una solución a este gran problema que es la movilidad urbana en la ciudad de Rosario", enfatizó.
El edil señaló que las bajas de los pasajeros tienen que ver con “una red vetusta y de mala calidad que no contempla los recorridos de los rosarinos”.
“Un claro ejemplo es la inexistencia de una línea que comunique a los Tribunales provinciales con el nuevo Centro de Justicia Penal”, ilustró.
Las cuentas
El último estudio de costos ubicó el precio real del boleto en 16,45 pesos, unos 3,50 más que los 12,93 actuales. En junio, la intendenta Mónica Fein puede aumentar la tarifa pero en un porcentaje no mayor a la variación del índice de evolución salarial que, al día de hoy, no alcanzaría a cubrir esa diferencia.
“De haberse mantenido la cantidad de pasajeros del año anterior –insistió Miatello–, el costo de abril sería de 14,27 pesos, un 13 % menor que el arrojado por el estudio de costos de abril del 2018”. Así, el desfasaje con la tarifa vigente sería de 1,34, menos de la mitad de lo calculado.