Finalmente, el Poder Ejecutivo decidió interrumpir el contrato con ARSSA, la concesionaria a cargo de la autopista Rosario-Santa Fe, cinco años antes de lo estipulado. Así se lo comunicaron a los legisladores este miércoles, muchos de los cuales hace tiempo pedían tal actitud. Sin embargo, la intención de la Casa Gris de encontrar una salida diplomática a la concesión, sin tener que rescindir el contrato de forma unilateral, generó oposición.
Consultado por la periodista Ivana Fux de Radio 2, el ministro de Infraestructura, José Garibay, explicó que el pedido de informe a las universidades de Rosario y del Litoral es para definir cómo finalizar el contrato sin caer en la rescisión unilateral.
Buscarán que la finalización sea consensuada y que el próximo concesionario se limite a la administración del corredor. Mientras tanto, la Provincia comenzará con los trabajos de repavimentación en los tramos más críticos.
El diputado Luis Rubeo planteó entonces que si la Provincia se va a hacer cargo de la repavimentación –que debería haber hecho ARSSA estos cinco años– por qué no quedarse con la explotación. Así manifestó su disgusto ante el desembolso que deberá hacer la Casa Gris para cumplir con algo que le correspondía a la concesionaria y dejó planteada la posibilidad de una explotación pública.
Según el pliego, ARSSA debería haber terminado este año con la repavimientación de todo el corredor pero sólo ejecutó la tercera parte.