Investigadores de la Universidad Ruhr de Bochum (Alemania) han desarrollado un nuevo método de análisis de sangre que podría ayudar a detectar a personas con riesgo de padecer alzhéimer, una enfermedad para la cual todavía no existe cura pero que se cree que comienza mucho antes de que aparezcan los principales síntomas como, por ejemplo, la pérdida de memoria.
Una de las características de la enfermedad es la acumulación de placas de beta amiloide en el cerebro del paciente. En este sentido, la prueba de sangre, desarrollada por los expertos alemanes, y que ha sido publicada en EMBO Molecular Medicine, funciona midiendo las cantidades relativas de una forma patológica y una forma saludable de beta amiloide en la sangre.
Las moléculas beta-amiloides tóxicas comienzan a acumularse en el cuerpo de los pacientes unos 15 o 20 años antes del inicio de la enfermedad. En el estudio, los científicos analizaron si la prueba de sangre sería capaz de recoger indicaciones de beta amiloide patológico en fases muy tempranas de la enfermedad.
Para ello, se enfocaron en los pacientes en las etapas tempranas y descubrieron que la prueba detectaba de manera confiable las alteraciones beta-amiloides en la sangre de participantes con deterioro cognitivo leve, quienes también mostraban depósitos anormales de amiloide en las exploraciones cerebrales, tal como publica 20minutos.
Posteriormente, investigaron si con su trabajo eran también capaces de detectar cambios en la sangre mucho antes del inicio de la enfermedad. Para ello, utilizaron los datos del estudio de cohorte 'ESTHER' y compararon muestras de sangre de 65 participantes que se encontraban posteriormente en los estudios de seguimiento diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer con 809 controles.
Concretamente, el nuevo método fue capaz de detectar signos de la enfermedad unos ocho años antes del diagnóstico en pacientes sin síntomas clínicos. De hecho, identificó correctamente a aquellos con la enfermedad en casi el 70% de los casos, mientras que aproximadamente el 9% de los sujetos verdaderamente negativos se detectaron erróneamente como positivos, siendo la precisión diagnóstica global del 86%.
Los investigadores sugieren que su análisis de sangre sirve como una opción económica y simple para preseleccionar a individuos de la población general para realizar más pruebas mediante estos métodos más invasivos y costosos para excluir a los sujetos falsamente positivos.