El Gobierno de Turquía concluyó este domingo las operaciones de rescate y anunció que mantendrá solamente dispositivos en las dos provincias más golpeadas por el terremoto del último 6 de febrero que dejó decenas de miles de muertos, según informó la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (Afad)
"En muchas de nuestras provincias, las búsqueda y los rescates terminaron. Siguen las tareas en las provincias de Kahramanmaras y Hatay", dijo el director del organismo, Yunus Sezer, a los periodistas en Ankara.
El terremoto que sacudió la zona el 6 de febrero, de magnitud 7,8 y cuyo epicentro fue en Kahramanmaras, dejó más de 40.000 muertos en Turquía y la vecina Siria, según el último balance difundido este domingo por la Afad.
El vicepresidente turco Fuat Oktay informó por su parte que 105.000 edificios se derrumbaron o quedaron muy dañados, por lo que serán arrasados.
Según especialistas locales, la línea de fractura donde se produjo el movimiento sísmico estuvo relativamente tranquila en los últimos tiempos, pero esta relativa tranquilidad fue la que produjo la mayor potencia del sismo porque la energía se fue acumulando y debía ser liberada.
Uno de los motivos de la gran mortalidad del terremoto, que tuvo el epicentro en la ciudad turca de Gaziantep, fue que ocurrió a las 4.17 hora local, por lo que sorprendió a la población durmiendo, lo que causó que muchas de las víctimas hayan quedado atrapadas en los hogares que colapsaron.
A su vez, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) indicó que los destrozos afectaron a la ciudad vieja de Alepo, en el norte de Siria, que está incluida en el patrimonio mundial en peligro, y a la fortaleza de Diyarbakır, sur de Turquía.
De acuerdo a un relevamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 26 millones de personas, 15 millones es Turquía y 11 millones en Siria se vieron afectadas por el devastador terremoto.
En este marco, la ONU lanzó un llamado a hacer donaciones para enfrentar las "inmensas necesidades" de millones de personas sin vivienda ni alimentos tras el terremoto que sembró destrucción en Turquía y Siria y dejó casi 40.000 muertos.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, exhortó a los Estados miembros del organismo a aportar "sin demora" 397 millones de dólares para asegurar "una ayuda humanitaria que necesitan desesperadamente casi cinco millones de sirios", empezando por "refugio, atención médica y alimentos".
"Las necesidades son inmensas" y "sabemos que la ayuda para salvar vidas no está llegando a la velocidad y escala necesarias", insistió Guterres.