Es verdad que en verano hace calor. Pero también es cierto que hay máximas y mínimas que cuentan a la hora no sólo de hacer la estación más llevadera sino también un poco más amigable para la salud.
Por ello, ante la presencia de temperaturas cercanas a los 30 grados y, claro está, por encima de ellas, conviene tener en cuenta estos consejos para evitar un golpe de calor.
-Aumentar el consumo de líquidos sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada
-No exponerse al sol en exceso, ni en horas centrales del día (entre las 11 y las 17)
-Evitar las bebidas alcohólicas o muy azucaradas
-Evitar comidas muy abundantes
-Ingerir verduras y frutas
-Reducir la actividad física
-Usar ropa ligera, holgada y de colores claros; sombrero, anteojos oscuros
-Permanecer en espacios ventilados o acondicionados.
-Recordar que no existe un tratamiento farmacológico contra el golpe de calor y sólo los métodos clásicos, citados arriba, pueden prevenirlo y contrarrestarlo.
-Ante dolor de cabeza, vértigo, náuseas, confusión, convulsiones y pérdida de conciencia, piel enrojecida, caliente y seca, respiración y pulso débiles, y elevada temperatura corporal (entre 41 y 42 grados centígrados), se deberá actuar de la siguiente manera: primero, trasladar a la persona afectada a la sombra o a un lugar fresco y hacer que mantenga la cabeza un poco alta. Luego, intentar refrescarla, mojándole la ropa, aplicándole hielo en la cabeza e hidratándola.
En tercera instancia, solicitar ayuda médica.