Rosario reglamentó una ordenanza que regula la instalación de antenas emplazadas en la ciudad. La nueva normativa autoriza la colocación de dispositivos en estructuras públicas, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos y previa presentación del mapa de radiación.
Según el ingeniero especialista en Radiación y director del laboratorio de la escuela de Ingeniería Eléctrica de la UNR, Gonzalo López, la ordenanza es acertada. “La idea de aumentar la cantidad de antenas, además de mejorar la conectividad, probablemente también baje los niveles de radiación”, explicó en A Diario (Radio 2).
Para López, la nueva normativa será más efectiva con respecto a lo que sucedía antes cuando los municipios retiraban las antenas de las ciudades y las instalaban en la periferia. “En esos casos, debían aumentar la potencia para que las antenas sigan brindando el mismo servicio”, indicó.
“Lo importante es entender que, si en un sector de la ciudad, estaba transmitiendo con una antena de determinada potencia y ahora la diversifico y subdivido, cada una va a trabajar con menor nivel de potencia”, detalló el especialista en radiación.
Con respecto a las complicaciones que la radiación de las antenas puede generar a la salud, López aseguró que aún no existen investigaciones que lo corroboren. “Se ha estudiado, hay cerca de 200 mil trabajos a nivel mundial y no han podido comprobar aún que las radiaciones en la banda de telefonía celular sean perjudiciales para la salud”, remarcó.
Pese a esto, el ingeniero aclaró que la Organización Mundial de la Salud aún las sigue manteniendo dentro del catálogo de posibles cancerígenas.