El féretro de Isabel II llegó a la sede del Parlamento británico en Londres para un multitudinario homenaje. Bajo la mirada de todo el mundo, este miércoles comienza la última etapa de una emblemática despedida a la monarca más longeva de la realeza inglesa antes del funeral y entierro previstos para el 19 de septiembre.
El ataúd, colocado sobre un soporte metálico y tirado por caballos, recorrió las calles de Londres y lo siguieron a pie por Carlos III y sus hermanos Ana, Eduardo y Andrés. Además de los hijos del nuevo monarca, Guillermo y Enrique también se hicieron presentes en el recorrido.
En las afueras de Westminster, una multitud de personas en silencio vieron pasar el cortejo tras horas de espera con la esperanza de ver, aunque sea por unos segundos, el ataúd de la difunta monarca. Segundos después de que el cajón ingrese a la sede del Parlamento, los aplausos, los silbidos y los gritos se adueñaron del momento y se presenció una gran ovación a "un adiós histórico".
Un camino protocolar y organizado que duró 38 minutos y recorrió un total de 15 kilómetros acompañado cada sesenta segundos por un disparo de cañón desde Hyde Park y por el repique de campanas del Big Ben.
La capilla ardiente de Isabel II, abrirá sus puertas a las 17 (13 de Argentina) en Westminster Hall, donde los ciudadanos podrán darle su último adiós hasta el funeral y entierro previstos para el próximo lunes. Al respecto, las autoridades pidieron a quienes visiten la capilla que lo hagan con "ropa apropiada" y advirtieron que la espera podría durar horas. Además, el público solo podrá ingresar con una pequeña mochila y sin agua ni comida.
La asistencia de personalidades internacionales
Más de 100 dignatarios y otras personalidades de todo el mundo asistirán a la despedida de Isabel II. Entre ellos, el presidente estadounidense Joe Biden, el rey de España Felipe VI, y su padre Juan Carlos I. También acudirá el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro.
Según afirmó una fuente gubernamental a la agencia de noticias británica Press Association, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, de Nicaragua, Daniel Ortega, y el líder ruso Vladimir Putin no fueron invitados al funeral.