La Nasa confirmó este lunes la presencia inequívoca de abundante agua en la Luna al comprobar que el satélite natural de la Tierra posee muchas más trampas de agua congelada de lo que se creía hasta el momento.
El agua, que se encuentra en reservorios bajo la superficie podría servir para abastecer las necesidades de colonias humanas que podrían establecerse en el futuro de manera permanente.
Nuestro observatorio @SOFIATelescope ha detectado por primera vez agua en el lado de la Luna iluminado por el Sol. Esto indica que el agua podría estar distribuida por toda la superficie lunar, no solo en lugares fríos y en la sombra.
— NASA en español (@NASA_es) October 26, 2020
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El hallazgo, anunciado a través de una teleconferencia transmitida en vivo por el canal de YouTube de la Nasa, fue realizado gracias al Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA), telescopio a bordo de un avión modificado Boeing 747SP, proyecto conjunto de la agencia espacial estadounidense y el Centro Aeroespacial Alemán.
¿De dónde viene esta agua?
Probablemente de la caída de asteroides que chocaron contra la Luna hace miles de millones de años. Lo mismo que se cree que ha ocurrido con la Tierra. Las moléculas de agua expulsadas durante la caída de estos cuerpos habrían caído al fondo de estos cráteres, donde quedaron "atrapadas para siempre" por el frío, explica Francis Rocard, especialista en sistema solar del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES).
Si se logra desarrollar técnicas de extracción, esto representaría un recurso potencial para futuras misiones espaciales, principalmente la futura miniestación Lunar Gateway.
Para futuras misiones tripuladas a Marte, por ejemplo, se podría "despegar de la Tierra, hacer una parada en la 'estación de servicio' que será la Lunar Gateway, desde donde se enviarían sondas a la superficie lunar para recoger agua y así abastecer a la tripulación que realiza el viaje a Marte", añade Francis Rocard, quien no ha participado en los estudios.
“Esto abarataría el costo del programa, porque es más barato que llevar agua desde la superficie de la Tierra”, explica el astrofísico francés, haciendo hincapié en que el viaje a Marte dura seis meses, según publicó La Nación.