A pedido del fiscal federal Ramiro González, el juez Julián Ercolini ordenó este lunes secuestrar todo el material que se vincule a Fabiola Yañez en la clínica de fertilidad donde se hizo el tratamiento para quedar embarazada. El dato es relevante para los investigadores en el marco de la causa por violencia de género en la que quedó imputado el expresidente Alberto Fernández y en donde en las próximas horas declararán un médico de la unidad presidencial y una esteticista que atendía a la ex primera dama.
Según la resolución, el fiscal González solicitó el procedimiento “a fin de reunir mayores elementos probatorios vinculados con las hipótesis investigadas” y teniendo en cuenta que Fabiola relevó del secreto médico profesional a todos los profesionales que la asistieron. En ese contexto, el representante del Ministerio Público entendió que era “útil y pertinente” que personal policial se hiciera presente en la clínica Fertilis para que “entregue toda la historia clínica de Fabiola Yáñez, todo archivo administrativo relacionado con el tratamiento atención que recibió la nombrada y todo papel, documento anotación y constancia que contenga su nombre”.
El operativo fue autorizado por el juez Ercolini como una orden de presentación. El documento advirtió que si la clínica oponía resistencia, se debía concretar un allanamiento a los fines de hacerse con la documentación buscada. Pero, de ser así, debía pedirse la autorización del procedimiento al juez federal de San Isidro, donde se encuentra el centro médico. Según confirmaron fuentes del caso, no hizo falta. Las autoridades médicas habilitaron el procedimiento donde se logró secuestrar la información buscada.
La causa se inició hace un mes cuando Fabiola Yañez decidió impulsar la denuncia contra su expareja. Los primeros indicios contra el expresidente surgieron de otro expediente: la investigación por corrupción por los negociados con los seguros durante el gobierno anterior. Allí, la secretaria presidencial María Cantero –investigada junto a su marido, Alberto Fernández– hablaba con Fabiola y la entonces primera dama le revelaba cómo estaba siendo golpeada y ya no aguantaba más.
“Sabiendo que puedo estar embarazada, me pegó una patada en la panza”, decía Fabiola a Cantero, según reveló al exponer todos los diálogos que quedaron bajo la lupa de la justicia. En ese cruce de mensajes, Fabiola exhibía una foto con el ojo en compota y otra con un moretón en el brazo.
El juez Ercolini citó entonces al entonces abogado Juan Pablo Fioribello, representante de Fabiola pero también de su ex pareja en la causa por la fiesta de Olivos. Allí Fabiola fue informada de lo que encontraron en el teléfono de Cantero, pero dijo que no quería denunciar. Como es un delito de instancia privada, la justicia no pudo hacer más nada. Sin embargo, días después, la exposición a través del diario Clarín de la existencia de esas sospechas contra el ex jefe de Estado llevaron a Fabiola a comunicarle a Ercolini –ya sin avisarle a su abogado– que quería denunciarlo. Decía haber sido víctima además de un “terrorismo psicológico” para no acusarlo en tribunales.
Así nació entonces la causa judicial en donde se le ordenó a Alberto Fernández una prohibición de contacto con su ex pareja –algo que generó el secuestro de su teléfono, aunque después, según el cotejo horario, se aclararía que no se habría violado la restricción– y se le tomó declaración a la víctima que en un escrito y durante cuatro horas declaró por zoom y dio detalles de sus acusaciones.
El fiscal González estableció una hoja de ruta: imputó al expresidente por los delitos de lesiones graves doblemente agravadas por el vínculo y por darse en un contexto de género y amenazas coactivas en perjuicio de su ex pareja y ex primera dama. Según sostuvo, Yañez sufrió una "relación atravesada por hostigamiento, acoso psicológico y agresiones físicas en un contexto de violencia de género e intrafamiliar” sobre una “relación asimétrica y desigual de poder que se ha desarrollado a lo largo del tiempo, la cual se vio acrecentada exponencialmente por la elección de Fernández como Presidente de la Nación y el ejercicio del cargo”.
Hasta ahora, la fiscalía escuchó a la periodista Alicia Barrios, que trató a Fabiola y habló de violencia psicológica; a María Cantero, ex secretaria privada de Alberto Fernández que confirmó que la ex primera dama le relató esos episodios violentos y le envió esas fotos; y a Daniel Rodríguez, el ex intendente de la quinta de Olivos que aseguró que un ama de llaves le pidió que hablara con Alberto Fernández por los golpes que tenía Fabiola Yañez porque se habría caído en la bañera.
El jueves pasado, declaró el exjefe de la Unidad Médica Presidencial Federico Saavedra, quien confirmó haber visto a Fabiola con ojo morado. Según dijo, le habían dicho que se trató de un “golpe involuntario”. Mañana será el turno del médico que fue con él a ese encuentro, Federico Alem; y la esteticista Florencia Aguirre, aportada por la querella. La defensa, por su parte, presentó tres testigos que desmentirían la versión de Fabiola, en donde alude a tratamientos estéticos y problemas de alcohol de la ex primera dama.
Para el jueves, en tanto, está prevista la declaración de Sofía Pacchi, amiga de Fabiola y una de las que estuvo en la fiesta de Olivos. Fabiola contó que Saavedra la vio con el ojo en compota y solo le dio unas pastillas de árnica; Pacchi habría sido abordada por Alberto Fernández para tener relaciones sexuales y, cuando Fabiola se lo recriminó a su pareja, Fernández la habría zamarreado y tomado del cuello. La entonces amiga de la primera dama -de la que luego se distanció- habría sido testigo. Cuando a Rodríguez le preguntaron por los rumores entre Sofía Pacchi y Alberto Fernández, respondió: “Realmente no me consta. Sé que hubo un problema de ese tema, que ella se tuvo que ir, había algo en el medio. Que según decían, por radio pasillo, Alberto estaba con Sofía, pero realmente no sé ni los vi.”