Este fin de semana se registraron muchos incumplimientos a las restricciones por coronavirus. Hubo fiestas clandestinas en la región y en Rosario, hasta se llegó a detectar un restaurante con clientes escondidos en los baños. Actualmente, las medidas prohíben la permanencia en los locales gastronómicos; solo están habilitados para el delivery o el take away. Por otro lado, dos inspectores terminaron en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), tras ser golpeados durante la desactivación de una fiesta clandestina en barrio Tiro Suizo, en la zona sur rosarina.
En contacto con Radio 2, la secretaria de Control, Carolina Labayru informó que el fin de semana se clausuraron siete comercios cuatro de ellos del rubro gastronómico y uno, escenario de un episodio insólito: con comensales escondidos en los sanitarios. Se trata de una parrilla de 27 de Febrero y Entre Ríos.
Como está prohibida la permanencia de clientes en los bares o restaurantes, los responsables de este local ocultaron a los comensales en los baños para evitar la clausura. No lo lograron.
Además, se clausuró una barbería, una sala de ensayos y una cancha de fútbol 5.
También ocurrió otro episodio llamativo, aunque por lo violento: dos inspectores fueron golpeados de tal manera cuando intentaban desarticular una fiesta clandestina en Avenida del Rosario al 1200, que tuvieron que ser trasladados al Heca.
Por el hecho, cuatro personas fueron detenidas pero unos 40 asistentes a la fiesta lograron escapar.
Por otro lado, se detuvieron 11 personas en otra fiesta clandestina en Alvarado al 1400.
Finalmente, Labayru informó que le secuestraron el auto a 22 personas que se movían en auto o moto sin los permisos de circulación y a otras 45 por faltantes de documentación y cuestiones de seguridad del propio vehículo. Hubo siete conductores con alcoholemia positiva.