Rosario recibió, finalmente este sábado por la tarde, a la anunciada tormenta, que llegó con fuerte viento y 33,5 milímetros de lluvia que sirvieron para apaciguar el calor pero causaron decenas de inconvenientes en el ejido urbano, como suele suceder durante fenómenos fuertes.
La ciudad amaneció bajo alerta amarilla y un cielo completamente blanco que amenazaba con precipitaciones, aunque hubo que esperar hasta cerca de las 17 para que empezaran las ráfagas, seguidas de una fuerte caída de agua.
Si bien no duró mucho, el temporal fue intenso y de acuerdo a datos suministrados desde el Aeropuerto Islas Malvinas de Fisherton, en la ciudad se reportaron 22 árboles o ramas caídas, 6 anegamientos, 6 cables o columnas con problemas, 4 voladuras por el viento y 1 hundimiento.
Por su parte, desde Defensa Civil de la Municipalidad se registraron 33,5 de lluvia y ráfagas desde el sur que tuvieron un pico de 70 kilómetros por hora, a las 17.17.
A pesar de los problemas causados, la tormenta trajo alivio después de varios días de calor en este último mes de verano. De un plumazo, el sábado bajó casi diez grados en el termómetro, ya que a la hora 18 ya marcaba 22 grados en Rosario, después de haber llegado a 31,6 más temprano.
Para el domingo la situación cambiaría. Después de la lluvia, el último día del fin de semana se anticipa con cielo nublado -incluso probables lluvias matutinas- y una máxima cercana a los 27ºC. En tanto que los primeros días de la semana próxima mantendrán temperatura agradable y sin tormentas.