El icónico Planetario de Rosario celebra su 40° aniversario. Emplazado en el Parque Urquiza, desde su apertura en 1984, este centro de enseñanza y divulgación de la Astronomía ha acercado de manera ininterrumpida las maravillas del universo a personas de todas las edades.

El sueño de que Rosario contara con un planetario se gestó en la década del 50. Visionarios como el profesor Victorio Capolongo, un entusiasta de la astronomía que por entonces dirigía la Asociación Astronómica, Filosófica y Cultural “Cosmos”; el intendente Luis Cándido Carballo y Hugo Marcuzzi, secretario de Obras Públicas, hicieron ese sueño posible.

El proyector planetario –esa especie de “hormiga gigante” que se erige en el centro de la sala-, fue encargado a la empresa alemana Carl Zeiss, y llegó a Argentina en 1962. Pero ese mismo año, con el golpe militar que derrocó al presidente Arturo Frondizi, el proyecto quedó paralizado. Luego de más de dos décadas desde su adquisición e innumerables esfuerzos, el 19 de junio de 1984 el Planetario Municipal de Rosario encendió, por fin, sus estrellas.

Con una capacidad de 246 butacas, su sala de 22,30 metros de diámetro recibe cada año más de 100.000 personas ávidas por iniciar un viaje de conocimiento por el cosmos. Todos los espectáculos que ofrece el Planetario son de producción propia, lo que garantiza contenidos exclusivos y muy variados sobre Astronomía General, Astronomía Cultural, Astronáutica, Astrofísica, entre otros.

Esta creación local permite ofrecer espectáculos amenos y de lenguaje sin tecnicismos, adecuados a los intereses tanto del público general como de las instituciones educativas que llegan de todo el país.

Este especial aniversario no solo celebra la ilustre trayectoria del Planetario y su compromiso permanente con la enseñanza y la difusión de la Astronomía y ciencias afines. También marca el inicio de un proyecto de renovación de su tecnología que le facilitará mantenerse a la vanguardia de la educación científica. El Proyecto de Digitalización Fulldome permitirá una experiencia audiovisual inmersiva que combinará las clásicas proyecciones analógicas y digitales con videos en pantalla completa.

Un domo inmersivo de alto impacto que posibilitará conjugar arte, ciencia y tecnología como así también la ampliación de los métodos de socialización de las ciencias. El objetivo, como en aquel 19 de junio de 1984, sigue siendo el mismo: reunir a la comunidad bajo el cielo estrellado para despertar el interés por la comprensión de la naturaleza, compartir el asombro e inspirar a futuras generaciones con la magnificencia del universo.