El Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington proyectó que a fines de junio próximo, la pandemia podrá haberse cobrado la vida de entre 507.000 y 595.000 brasileños.
Marzo fue el mes con más muertes desde que se inició la pandemia, con 66.800, pero en abril se estima que habrá unos 100.000 más, según la Universidad de Washington.
Las proyecciones fueron elaboradas a partir de modelos de análisis que incluyen variables como porcentaje de personas que usan tapabocas, grado de diseminación de las variantes brasileña, británica y sudafricana, nivel de desplazamiento de las personas no vacunadas y la evolución de la vacunación.
Hasta el domingo a la noche, el total de infectados desde el inicio de la pandemia se elevó a 12.983.560, incluyendo 30.939 en las últimas 24 horas, informó el portal de noticias UOL, a partir de los reportes de los gobiernos de los distintos estados. También anoche, Brasil llegó a los 331.530 muertos, con 1.233 en las últimas 24 horas.
Pese a semejante panorama, el Gobierno de Jair Bolsonaro no da respuesta al aumento de casos y se niega a imponer medidas preventivas o restricciones. Un claro ejemplo fue este domingo de Pascua, cuando los templos evangélicos de algunas capitales estuvieron repletos de fieles luego de que un juez del Supremo Tribunal Federal (STF), autorizara la realización de ceremonias de cultos pese a pandemia.
El magistrado Kassio Nunes Marques, designado por Bolsonaro, autorizó los eventos religiosos atendiendo una acción promovida por la Asociación de Juristas Evangélicos contra el refuerzo del aislamiento en Semana Santa decretado por varios gobernadores y alcaldes.
La Iglesia Universal del Reino de Dios, dirigida por el obispo Edir Macedo, y otras corrientes neopentecostales celebraron cultos en todo el país, y hubo algunos templos abarrotados de público. En contraste, la Conferencia de Obispos Católicos recomendó que se respete el aislamiento. La Arquidiócesis de San Pablo, la más importante del país, tampoco realizó misas presenciales ayer.
El decano de los jueces del Supremo, Marco Aurelio Mello, sostuvo que la medida de su colega Nunes Marques causó "inseguridad jurídica" y aseguró que son los gobernadores quienes tienen competencia para determinar el distanciamiento.
No se descarta que el Plenario de 11 jueces del Supremo analice la medida cautelar de Nunes Marques, según publicó Télam.