Un hombre fue condenado este martes a dos años y tres meses de prisión de cumplimiento efectivo por los delitos de lesiones, amenazas y daño cometidos el año pasado en el edificio de la Municipalidad de la ciudad santafesina de Sunchales, donde tuvo un verdadero día de furia.

Fuentes oficiales lo identificaron como Walter Daniel Mendoza, de 34 años, y la pena también se le impuso a raíz de que, cuando quedó detenido en la comisaría de esa localidad del centro oeste provincial (departamento Castellanos, a unos 280 kilómetros de Rosario), dañó la mampostería y las aberturas de la dependencia policial.

La sentencia fue dictada por el juez Juan Gabriel Peralta en el marco de un juicio oral que finalizó por la mañana en los tribunales de Rafaela. “Si bien aún no conocemos los fundamentos del juez, valoramos que impuso una sentencia condenatoria, tal como lo solicitamos desde la Fiscalía”, expresó la fiscal Fabiana Bertero, que representó al MPA en el debate.

Relatos salvajes

 

Los ilícitos por los que resultó condenado Mendoza fueron cometidos minutos después de las 7 de la mañana del lunes 14 de agosto de 2023. “Todo transcurrió en los primeros minutos de un día hábil, en pleno horario de trabajo y de atención al público”, puntualizó Bertero.

“Con una actitud muy violenta, el condenado ingresó al edificio de la municipalidad de Sunchales amenazó de muerte a la recepcionista”, recordó la fiscal en el juicio. “Ante el accionar del condenado, otra empleada municipal intentó interceder para que cambiara su actitud. Sin embargo, lejos de ello, Mendoza la agarró violentamente del brazo, la empujó contra una escalera, la provocó lesiones y luego la amenazó diciéndole que sabía dónde vivía”, detalló.

“Luego de ello, el condenado se dirigió a la oficina de uno de los funcionarios sunchalenses, a quien le exigió que le entregue elementos para su vivienda”, precisó la funcionaria del MPA y añadió: “Mientras gritaba, le pegó patadas al escritorio del funcionario –el cual resultó dañado– y le dijo de forma intimidante que conocía a su esposa e hijos”.

“Si bien Mendoza salió de la municipalidad, volvió inmediatamente para hacerle un gesto amenazante a la recepcionista simulando un arma de fuego y diciéndole que se cuidara ella y su familia”, remarcó la fiscal.

Concluyó que “mientras el condenado estaba legalmente detenido en dependencias de la comisaría de Sunchales, dañó la mampostería y las puertas del lugar, además de realizar inscripciones en una de las paredes”.

Con todo, Mendoza fue condenado a dos años y tres meses de prisión por la autoría de los delitos de lesiones leves; amenazas reiteradas; coacciones y daño reiterado. Además fue declarado reincidente por tercera vez.