Tras una notable caída en su transporte público producto de las medidas de aislamiento, China comenzó a recuperar movilidad de pasajeros a partir de marzo. Entre los cambios de hábitos creció el uso de bicicletas públicas y la movilidad a pie. En zonas de riesgo como Wuhan los conductores de colectivos deben usar tapabocas, lentes y traje de protección.
Un relevamiento de TheCityFix, el blog del WRI Ross Center for Sustainable Cities, detalló que algunos choferes han sido capacitados para evitar contaminación cruzada entre el personal y los vehículos durante el cambio de turno y se aplican nuevas pautas de espacio para mantener distancias seguras entre pasajeros.
Las unidades se desinfectan dos veces al día mínimo con especial atención en las que realizan rutas que pasan por los aeropuertos. A su vez se controla la temperatura de los pasajeros antes de abordar.
En las líneas municipales de Beijing y Shenzhen se habilitó el uso de servicios de pago rastreables de WeChat, Alipay o tarjetas inteligentes de tránsito en lugar de efectivo. Estos métodos de pago —aseveró el mismo informe— reducen los riesgos de contagios y ayudan a las autoridades a rastrear posibles contagios e informar de forma rápida a pasajeros y comunidades cercanas si un pasajero es diagnosticado con covid-19.
La ciudad de Shanghai incorporó lectores QR para el uso de colectivos y así registrar la información de contacto de cada pasajero; en caso de que se detecte un positivo las autoridades pueden alertar al resto del pasaje para que se aisle de forma preventiva.
En Suzhou se utiliza una plataforma de tránsito inteligente que analiza la distribución de multitudes dentro de los colectivos en tiempo real e identifica el volumen de pasajeros en cada vehículo a través de tarjetas de tránsito inteligentes.
Durante el primer brote de covid-19 el sistema puso a disposición del público la información de ocupación de los buses para permitir el escalonamiento de las frecuencias de viaje. Ahora la ciudad lo aplica para monitorear el regreso a la normalidad.
Otro cambio son los recorridos on demand. Las compañías de colectivos crearon nuevos recorridos a medida, además de los servicios de ruta fija, para trasladar a personal esencial a sus lugares de trabajo. Por medio de aplicaciones móviles de transporte se monitorea el flujo de pasajeros y cuando se supera un umbral de demanda, se crea una ruta nueva en base a la ubicación inicial y final con asientos reservados para todos los pasajeros.
A fines de marzo —cierra el relevamiento de TheCityFix—, el Grupo de Transporte Público de Beijing había abierto 173 rutas personalizadas basadas en encuestas masivas entre empresas y los usuarios del transporte.