Austria se convertirá a principios de febrero en el primer país de Europa en hacer obligatoria la vacunación contra el coronavirus para adultos, bajo pena de elevadas multas, informó el canciller austríaco.
"Como estaba previsto, vamos a hacer que la vacunación sea obligatoria a principios de febrero", indicó en conferencia de prensa el conservador Karl Nehammer, al frente del país en un gobierno de coalición con los ecologistas.
Tras revisar los planes para poner en vigencia la obligatoriedad de la vacuna, el Gobierno austríaco aclaró que se aplicará a todos los residentes que hayan cumplido 18 años -salvo que estén exentos por motivos de salud- y no para los mayores de 14 años, como se pretendía originalmente.
Durante toda la semana, la cuestión suscitó encendidos debates tanto en el Parlamento como entre la población.
Los aspectos clave del plan permanecen en la versión definitiva del proyecto, que el Gobierno pretende que el Parlamento convierta en ley el próximo jueves.
La administración de Nehammer dispone de una amplia mayoría en el Parlamento para aprobar la iniciativa: junto a los conservadores y los ecologistas también la apoyan los partidos socialdemócrata y liberal, mientras que solo se opone la extrema derecha.
Sin embargo, las consultas con dos partidos de oposición y otros espacios políticos mostraron la necesidad de introducir cambios en los detalles, informó la cadena de noticias CNN.
El tema divide profundamente al país, en el que cerca del 71,5% de las personas cuentan con la pauta completa de vacunación, una cifra baja en comparación a otros países de Europa.
"Es un proyecto sensible" pero "conforme a la Constitución", insistió Nehammer.
Asimismo, indicó que está prevista una "fase de adaptación" para los más reticentes a aplicarse la vacuna "hasta mediados de marzo", según informó la agencia de noticias AFP.
A partir de ese momento, la policía comenzará a verificar el estado de vacunación de las personas durante los controles de rutina, agregó.
"Después, se efectuarán controles" y no estar vacunado constituirá un "delito" con "sanciones" financieras de entre 600 y 3.600 euros (685 y 4.100 dólares), en caso de persistir.
Ayer, unas 27.000 personas se manifestaron en Viena contra la medida, alegando que va contra las libertades individuales.
Pese a la virulencia de las protestas, el número de personas que se expresaron este sábado es ostensiblemente inferior a los 44.000 austríacos que se concentraron la semana pasada en marchas organizadas por el partido de extrema derecha FPÖ en contra de la medida.
Los casos de coronavirus en Austria continúan creciendo debido a la altamente contagiosa variante Ómicron.
Este sábado, el país registró 16.749 nuevos casos, superando los 15.365 de octubre de 2021.
Desde el inicio de la pandemia, el país acumula 1,43 millones de contagios y 13.915 muertes a causa de la enfermedad.