El cierre de 2024 llega con una economía en tensión, donde cada jugada renueva, y no termina, de despejar incertidumbres sobre la “macro” pero también sobre una “micro” que viene muy golpeada. Los defaults agropecuarios, el impacto de las operaciones financieras como las de Toyota y las decisiones estratégicas sobre la Hidrovía colocan a Argentina en una encrucijada clave para el 2025.
El sector agropecuario argentino atraviesa una tormenta perfecta que combina la apreciación cambiaria, precios internacionales bajos, retenciones intactas y un modelo financiero que está mostrando sus grietas más profundas. El 2024 cerró con un saldo de defaults emblemáticos, márgenes destrozados y un futuro inmediato que plantea más preguntas que certezas.
“La apreciación cambiaria fue uno de los movimientos más inesperados del año”, destacó un economista consultado. Mientras los dólares financieros subieron sólo un 18% en un contexto de inflación superior al 120%, la economía argentina se volvió mucho más cara en dólares. Esta situación afecta particularmente a los sectores exportadores como el agro, donde el atraso cambiario se traduce en costos crecientes y márgenes cada vez más ajustados.
“El productor argentino está operando con costos fuertes en dólares y sueña con precios devaluados. Esta fórmula es insostenible a largo plazo”, afirmó un analista financiero. Por su parte, la estrategia del Banco Central de mantener la brecha cambiaria por debajo del 10% mediante intervenciones masivas en el mercado solo ha añadido presión a las reservas, que siguen en niveles críticos.
Defaults que sacuden la cadena agroindustrial
El default de Los Grobo, con una deuda cercana a los 200 millones de dólares, y el incumplimiento de Red Surcos, que no pudo cubrir pagos apenas semanas después de emitir una obligación negociable, expusieron la vulnerabilidad estructural de la cadena agroindustrial. Sin embargo, los expertos coinciden en que estos eventos no son problemas aislados.
“Los pagarés directos representan una porción menor de la deuda total de estas empresas, pero el problema de fondo es mucho más amplio. Los márgenes del sector están destrozados, y los emisores no pueden cumplir con sus compromisos, sin importar el instrumento”, explicó un veterano del mercado de capitales.
La crisis de confianza también está afectando a otros actores de la cadena. Las insumeras—empresas proveedoras de agroquímicos, fertilizantes y semillas—se encuentran en una situación delicada.
“Las insumeras están cargando con inventarios costosos mientras enfrentan una caída del 30% en las ventas y márgenes que se derrumban junto con la libertad económica”, señaló un analista del sector. Además, el financiamiento directo, que ha sido un pilar para estas empresas, ahora se enfrenta a mayores restricciones debido a las recalificaciones de riesgo y el escepticismo de los inversores.
El efecto dominó: nuevos actores en la mira
Los especialistas advierten que la crisis en el agro no termina con Los Grobo o Red Surcos. “Hay otros actores en la cadena, en el pasado fue Vicentín y corriacopios, ahora parece ser el turno desde proveedores hasta distribuidores, que podrían enfrentarse a problemas financieros similares en las próximas semanas. El sistema está siendo puesto a prueba como nunca antes”, afirmó un financista.
Uno de los puntos críticos es el modelo de producción basado en campos alquilados, que representa entre el 60% y el 70% de la producción nacional. “Los valores de los alquileres no bajan, incluso si el negocio se achica. Esto deja a los productores atrapados en un esquema que no permite reducir costos fijos”, destacó un economista agrícola.
Además, el impacto del estrés financiero está alcanzando a empresas más grandes del sector, incluidas insumeras vinculadas a biotecnología y productos agroquímicos. “Varias empresas dentro de la cadena de valor están siendo observadas de cerca. Sus números no son buenos, y si las condiciones actuales persisten, podríamos ver nuevos casos de defaults en breve”, alertó otro experto del mercado.
Como lo expresó un empresario y banquero argentino a Ecos365, "se terminó el modelo de que con inflación y tasas escondías todos tus problemas en las empresa, con el cambio de régimen establecido por Milei cada uno debe mirar atentamente y saber de su negocio si no vas a quebrar", aseguró. Y coincidió, en una mesa de la que participaban una de docena de encumbrados empreasarios de la región, que se terminó "que el BICE o el Banco Nación te prestaba al 30% o menos y al consumidor lo sacudías con aumentos del 180%".
Pagarés directos y la desconfianza sistémica
Uno de los temas más debatidos en las últimas semanas es el rol de los pagarés directos en esta crisis. Aunque representan solo una fracción de la deuda total de empresas como Los Grobo, su falta de transparencia y garantías está amplificando el problema. “Los pagarés directos no tienen la liquidez ni la información asociada que ofrecen otros instrumentos financieros. En momentos de desconfianza, esto se convierte en un factor decisivo”, explicó un veterano del mercado.
Los bancos, por su parte, también están endureciendo sus condiciones. “La relación con los bancos es crucial, pero cuando las calificadoras de riesgo ajustan sus evaluaciones -también están siendo cuestionadas por los inversores por su rigor a la hora de analizar números-, los financiamientos se congelan. Esto deja a las empresas en una posición muy complicada”, agregó un banquero consultado.
Un modelo que enfrenta sus límites
El modelo agropecuario argentino, que históricamente ha sido uno de los pilares de la economía, está mostrando signos de agotamiento. “Los productores están operando con márgenes mínimos, esperando una devaluación o un cambio en la política económica. Sin embargo, el tiempo corre en contra”, afirmó un analista.
El problema no se limita a los productores; toda la cadena está siendo afectada. Desde las insumeras hasta los corredores y distribuidores, la crisis está exponiendo debilidades que antes eran ocultadas por márgenes más amplios y negocios financieros que compensaban las deficiencias operativas. “Con la caída del tipo de cambio nominal y la baja en los precios internacionales, esas herramientas ya no están disponibles”, destacó otro especialista.
Un 2025 cargado de desafíos
Mientras el Gobierno confía en que los dólares de la próxima cosecha gruesa y el superávit energético estabilicen la economía, el sector agroindustrial enfrenta un futuro incierto. Las retenciones intactas, la falta de medidas para aliviar la carga tributaria y un esquema cambiario que no favorece la competitividad plantean interrogantes difíciles de responder.
“El agro está en su momento más crítico. Si no se toman medidas, los problemas que hoy vemos en Los Grobo o Red Surcos serán solo el principio de una crisis mucho más amplia”, concluyó un economista. Con más actores de la cadena en riesgo y un modelo que enfrenta sus límites, el 2025 será una prueba definitiva para la capacidad del sector de adaptarse a un nuevo paradigma.
Toyota y la presión sobre las reservas
Por otra parte, la decisión de Toyota de desarmar su “carry trade” y adquirir 780 millones de dólares para saldar importaciones desató un cimbronazo financiero. En un solo día, el Banco Central perdió 600 millones de dólares en reservas, la mayor caída desde 2019. Con empresas siguiendo el mismo camino, el equipo económico teme un efecto dominó que podría complicar aún más la política de devaluación controlada conocida como “crawling peg”.
La Hidrovía: el negocio del siglo
La licitación de la hidrovía del río Paraná, que mueve el 80% de las exportaciones argentinas, se perfila como uno de los negocios más lucrativos del país, con un contrato estimado entre 9.000 y 12.000 millones de dólares. La disolución de la Administración General de Puertos (AGP) y la creación de la nueva Agencia Nacional de Puertos y Navegación (Anpyn) -que se anunciaría a comienzos de esta semana- buscan modernizar la administración, pero también intensificaron la competencia entre las principales dragadoras del mundo, que desplegaron un feroz lobby en Buenos Aires, que la cadena del agro mira con atención, pero fundamentalmente desde afuera. ¿Qué pasará con la licitación que ya está en marcha?
Trump y Carone: un giro en la política regional
El nombramiento de Mauricio Claver-Carone como referente para América Latina desde la Casa Blanca reavivó las tensiones en las negociaciones con el FMI. Mientras Carone respalda una amplia liberación cambiaria y la eliminación del “dólar blend”, la postura del gobierno de Javier Milei apunta a mantener controles estrictos. Este choque de visiones podría definir el futuro de un préstamo clave de 10.000 millones de dólares. Pero es un dolor de cabeza para las principales espadas del gobierno, a las cuales el nuevo funcionario estadounidense criticó este año con vehemencia.
Con un dólar que se aprecia en términos reales, reservas en tensión y sectores productivos bajo presión, el 2025 se perfila como un año de desafíos relevantes para el modelo Milei, que sostiene después de un año de mandato un alto índice de aprobación. Desde el agro hasta la política exterior, cada movimiento será clave para definir si la economía argentina encuentra estabilidad o profundiza su volatilidad.
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