La reciente incorporación de José Luis Daza como viceministro de Economía bajo el mando de Luis Caputo marca un punto de inflexión en la gestión económica del gobierno actual. Daza, economista nacionalizado chileno pero nacido en Argentina, ha manifestado su optimismo sobre el futuro del país, sugiriendo que Argentina podría convertirse en la economía más exitosa de los próximos 30 años. Este planteo, que hizo en su primera aparición pública en la asamblea anual de la Federación Interamericana de Bolsas (FIAB), se basa en su análisis de las políticas económicas del gobierno y las reformas estructurales en curso. Sin embargo, la pregunta más urgente sigue siendo: ¿cómo y cuándo se logrará controlar la inflación?

“Vamos a matar a la inflación, no sé exactamente cuándo” afirmó Daza

Durante su discurso, Daza expresó que el equipo económico se enfrenta a una "gesta épica", y a pesar de la magnitud del desafío, confía en que se alcanzarán resultados. La frase “Vamos a matar a la inflación, no sé exactamente cuándo” es quizás una de las más resonantes de su intervención. Este comentario refleja tanto la convicción en las políticas actuales como la incertidumbre sobre el timing de los efectos deseados. El país lleva décadas lidiando con una inflación elevada y persistente, un fenómeno que ha erosionado el poder adquisitivo de los ciudadanos y generado distorsiones en la economía.

La estrategia que plantea Daza incluye una serie de reformas estructurales que buscan eliminar regulaciones y reducir la presión fiscal, con la expectativa de un aumento en el stock de capital de la economía. La promesa de un escenario de éxito económico a largo plazo parece depender de la continuidad de este tipo de medidas, que, en teoría, impulsarán el crecimiento y estabilizarán los precios.

Desafíos en el horizonte

Si bien Daza mostró confianza en el rumbo que ha tomado el gobierno, también reconoció que los desafíos por delante son "muchísimos". A pesar de los avances obtenidos hasta ahora, admitió que el sistema económico es complejo y está lleno de elementos aleatorios que dificultan prever resultados exactos. La economía argentina ha sido testigo de numerosos planes de estabilización que, en muchos casos, fracasaron en cumplir con las expectativas. Este antecedente histórico genera un clima de escepticismo en torno a la capacidad del equipo económico para controlar la inflación sin caer en una situación de hiperinflación o en una recesión prolongada.

Daza hizo referencia a las políticas fiscales y monetarias como pilares fundamentales para lograr una caída sostenida de la inflación. Sin embargo, subrayó que, en contextos de transformación económica, existe el riesgo de perder de vista el panorama general. "Es muy común que en procesos como el actual veamos todos los árboles pero no el bosque", sentenció el viceministro, refiriéndose a la dificultad de los economistas para prever con precisión los tiempos y magnitudes de los cambios en marcha. Este punto es clave, ya que la credibilidad y la paciencia del público y de los actores económicos serán esenciales para sostener las políticas en curso.

Creo que no hay ningún país en el mundo que en los próximos 30 años vaya a tener más éxito que Argentina”. sostuvo Daza

El viceministro comentó que habló con autoridades de distintos países del mundo y "están shockeados por lo que logró hacer el equipo económico". "Pensaban que no tendría éxito sin caer en hiperinflación", afirmó. En ese sentido, destacó la convicción y la audacia para decir lo que va a hacer de Javier Milei y afirmó: "Cuando veo la dirección de las políticas públicas del mundo en su totalidad, hay un país que destaca, y que implementa políticas que tienen elementos de estabilización y reformas estructurales. Creo que no hay ningún país en el mundo que en los próximos 30 años vaya a tener más éxito que Argentina”.

El entusiasmo del viceministro sobre el potencial de Argentina en las próximas décadas podría generar expectativas en ciertos sectores, pero también deja abierta la posibilidad de nuevas frustraciones si las reformas no logran los resultados esperados en el corto plazo. Las empresas que operan en el país deberán seguir de cerca el desarrollo de las políticas fiscales y monetarias, ya que cualquier cambio brusco podría impactar directamente en sus estructuras de costos y en su capacidad de inversión.

A pesar de las incertidumbres, hay una ventana de oportunidad para los empresarios y emprendedores que sepan adaptarse al nuevo escenario. Si las reformas estructurales logran consolidarse, el país podría ver una mayor estabilidad macroeconómica en los próximos años, lo que generaría un entorno más predecible y favorable para la inversión. Sin embargo, el riesgo sigue siendo elevado y las decisiones empresariales deberán tomar en cuenta la volatilidad del contexto local.