Las acciones argentinas duplican su valor: El auge de las empresas frente al ‘efecto Milei’ y la llegada de Trump

Con Milei en escena y Trump de vuelta en EE.UU., los inversores apuestan a sectores clave en Argentina, pero ¿es este crecimiento real o un espejismo? ¿Quién gana y quién pierde en esta economía incierta?

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En un contexto económico donde la incertidumbre suele ser la norma, el reciente aumento en la capitalización de mercado de varias empresas argentinas ha captado la atención de empresarios e inversores. Desde que Javier Milei irrumpió en la escena política, varios gigantes del mercado local han experimentado un crecimiento notable en sus valuaciones, superando cualquier pronóstico y convirtiendo a la plaza argentina en un polo de atracción para quienes buscan oportunidades en un escenario volátil. Esta revalorización, que algunos denominan el “efecto Milei”, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de este auge y su verdadero impacto en el futuro económico del país.

El sector financiero lidera el crecimiento: ganancias millonarias en bancos y servicios financieros

Uno de los grandes beneficiados ha sido el sector financiero, con bancos como Galicia y Macro mostrando un crecimiento espectacular. Galicia, por ejemplo, pasó de una capitalización de mercado de 1,934 millones de USD antes del fenómeno Milei a 8,242 millones de USD en la actualidad, lo que representa un aumento de 326.24%. Macro no se quedó atrás, incrementando su valor de 1,308 millones de USD a 5,306 millones de USD, un 305.67% más.

Este fenómeno no es casualidad. La llegada de un posible cambio de modelo económico genera expectativas sobre una futura desregulación y un entorno más amigable para los negocios, lo que empuja a los inversores a posicionarse temprano en empresas financieras que podrían beneficiarse de un eventual "boom" de consumo y crédito. El mercado parece estar anticipando una era de mayor apertura, con menor intervención estatal en el sistema financiero, lo que podría traducirse en un aumento en el acceso a financiamiento tanto para empresas como para particulares.

Pero no solo los grandes bancos han capitalizado este impulso. Supervielle, un banco de menor envergadura pero con fuerte presencia en el país, experimentó un incremento en su capitalización de 202 millones de USD a 886 millones de USD (un 339.54%). Esto muestra cómo incluso los actores medianos del sistema financiero están viendo una fuerte entrada de capitales, en anticipación a un cambio que promete transformar la estructura económica de la Argentina.

El sector energético: apuestas a la autosuficiencia y crecimiento en exportaciones

Otro sector clave en esta revalorización ha sido el energético. Empresas como YPF y Pampa Energía han mostrado un repunte en sus capitalizaciones, respaldado en gran parte por expectativas de políticas que promuevan la explotación y exportación de recursos energéticos. YPF, uno de los emblemas de la economía nacional, duplicó su valor, pasando de 4,353 millones de USD a 11,226 millones de USD, lo que equivale a un incremento de 157.89%.

La apuesta por YPF es, en cierto sentido, una apuesta por la autosuficiencia energética del país. Las recientes inversiones en Vaca Muerta y la proyección de una demanda creciente de combustibles y energía a nivel regional han impulsado la demanda de activos de esta empresa. Además, la posibilidad de una mayor desregulación en el mercado de hidrocarburos podría liberar a YPF de ciertas restricciones actuales, permitiéndole competir en condiciones más favorables en el mercado internacional.

Una economía en transformación: ¿oportunidad real o ilusión pasajera?

Aunque los números son llamativos, los empresarios y profesionales se preguntan si este crecimiento en las capitalizaciones de mercado es sostenible o si responde únicamente a un “efecto Milei” especulativo. El caso de empresas como Telecom Argentina y BBVA Argentina, que han crecido un 111.06% y 248.53% respectivamente, refleja una tendencia que podría estabilizarse, o incluso revertirse, dependiendo de los próximos movimientos del contexto político y de las decisiones de política económica.

Es relevante observar que no todas las empresas han tenido un desempeño positivo en este marco. Aluar, por ejemplo, uno de los jugadores más importantes en la industria del aluminio, ha visto disminuir su valor en un 28.89%, mientras que Ternium cayó un 27.55%. Esto sugiere que la euforia del mercado no es universal y que sectores más vinculados a los costos de producción y el comercio exterior pueden estar enfrentando desafíos adicionales en este contexto de inestabilidad cambiaria y regulatoria.

El crecimiento dispar entre sectores destaca la importancia de analizar cuidadosamente dónde se están moviendo las expectativas y hacia qué áreas se están destinando los capitales.

¿Y que pasa con la llegada de Trump a la Casa Blanca?

Ahora, teniendo en cuenta que Donald Trump ha ganado las recientes elecciones en Estados Unidos, el panorama económico global podría experimentar varios cambios clave. Estos serían los puntos principales a considerar para adelante:

Fortalecimiento del Dólar y Política Comercial: Es probable que Trump retome políticas proteccionistas, lo que podría impactar las exportaciones de otros países, especialmente emergentes como Argentina. Si aumenta la demanda de activos en dólares, el peso argentino podría verse aún más presionado, lo que afectaría a sectores que dependen de insumos importados o de financiamiento en moneda extranjera.

Energía y Materias Primas: Trump ha sido un defensor de la industria de combustibles fósiles. Esto podría beneficiar a las empresas energéticas, especialmente a las que dependen de la exportación de petróleo y gas. En Argentina, YPF y otras empresas del sector podrían aprovechar una posible mayor demanda de hidrocarburos en el mercado global, especialmente si se prioriza el suministro nacional en EE.UU. y se reduce la competencia de empresas estadounidenses.

Mayor Volatilidad en los Mercados Emergentes: Con políticas de tipo aislacionista en EE.UU., las economías emergentes podrían sufrir una salida de capitales hacia mercados percibidos como más seguros, como el estadounidense. Esto podría llevar a una mayor volatilidad en los mercados financieros argentinos, afectando principalmente a sectores que dependen de la estabilidad cambiaria o del flujo de inversión extranjera.

Oportunidad en Metales Industriales y Agricultura: Dado el enfoque de Trump en revitalizar la manufactura y producción doméstica, podría haber un aumento en la demanda de ciertos metales y productos agrícolas. Esto abre una ventana para empresas argentinas exportadoras de commodities, como Ternium en el sector del acero, y productores de soja, trigo y maíz, aunque siempre supeditado a las políticas arancelarias que pueda implementar Trump.

Posibles Beneficios para Tecnología y Comunicaciones Locales: Las empresas tecnológicas estadounidenses podrían enfrentar regulaciones más estrictas. Esto podría abrir espacio para el crecimiento de actores locales en mercados como telecomunicaciones y servicios digitales, lo cual beneficiaría a empresas como Telecom Argentina.

Riesgo Geopolítico: Trump podría tensionar relaciones con otros países (China) o bloques comerciales, lo que aumentaría el riesgo geopolítico. Este escenario podría elevar la demanda de activos refugio como el oro, o impactar en sectores sensibles a tensiones comerciales, especialmente en exportaciones a países con políticas económicas interdependientes con EE.UU.

Una victoria de Trump plantea un entorno de inversión favorable para sectores energéticos y agrícolas, pero con mayores riesgos para sectores que dependen de estabilidad financiera y del flujo de capitales internacionales.

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