La presidenta del club Cipolletti de Río Negro, Mónica Del Río, fue amenazada para que deje la institución con una nota intimidatoria en la que, además, había seis balas.

"No tengo miedo. Si fueron tan cobardes como para mandar un chico delante mío, con una camiseta, sin cubrirse la cara. Me entrega la nota y me dice que le habían pagado 10 lucas para entregar esa nota en mano. Es un chico de acá", dijo Del Río consultada por el medio local Mejor Informado.

No es necesario mandarme seis balas para decirme que me vaya porque es lo que íbamos a hacer, es lo que corresponde. Tuvimos algunos mensajes por los resultados, pero no les dimos importancia", aseveró.

La mujer hizo la denuncia correspondiente por amenazas, teniendo en cuenta las pruebas con que cuenta y señaló que su familia también quiere que deje la institución. "Esas seis balas eran por cada uno de los integrantes de mi familia -la propia Del Río, sus dos hijos y la de su actual pareja Maximiliano Amorone, presidente de la subcomisión de fútbol y padre de dos hijos de una relación anterior- y la verdad que no vale la pena".

Del Río dijo, además: “Tengo mucha bronca porque parece que no se entiende que el Club Cipolletti no es solo fútbol. Los resultados no hablan de una mala gestión mía. Mi tarea es gestionar. Me quedo con bronca porque piden que me vaya, que se vaya el club de amigos, como dicen siempre, pero nadie se acerca a colaborar, nadie se acerca con un proyecto. A decir, éste es el técnico y ésta es la plata. Hablar hablamos todos".

En el torneo del Federal A, Cipolletti está último en su grupo, por ahora zafa del descenso. Quedan dos partidos de esta fase inicial y ocho por jugar de la Révalida, para zafar del descenso, y siendo optimista meterse entre los seis primeros que jugarán por el medio ascenso que se pondrá en juego