Independiente y Santos de Brasil igualaron este martes a la noche 0 a 0, por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Pero el Rojo, en el escritorio, podría quedarse con los tres puntos y una diferencia difícil de descontar: 3 a 0.
Es que el club paulista incluyó entre sus titulares al uruguayo Carlos Sánchez, quien fue expulsado en su último partido internacional: el 26 de noviembre del 2015, jugando para River contra Huracán por la Copa Sudamericana.
Aquella vez, Sánchez vio la roja directa y desde ahí nunca más volvió a jugar en la órbita de la Conmebol hasta anoche, cuando salió entre los once con la camiseta número 7.
La dirigencia del Rojo se enteró de la situación y analiza la posibilidad de efectuar una presentación oficial de protesta por la inclusión del oriental, que de prosperar le daría el encuentro por ganador con una diferencia de 3 a 0.
Por su parte, los paulistas ya preparan la defensa: aducirán que el fallo nunca se hizo público y que, entre aquel juego de 2015 y éste, la Conmebol entregó una amnistía en la que redujo a la mitad todas las sanciones a futbolistas desde febrero del 2016.
Por un lado, esgrimirán que la sentencia nunca se comunicó oficialmente en ningún boletín; y por el otro, que con ese perdón, sumado al artículo 9 del reglamento de la Conmebol (afirma que una sanción de una sola fecha queda sin efecto tras dos años), Sánchez habría quedado habilitado.
La revancha de la serie que se inició anoche será el martes venidero a las 19.30 en el estadio Pacaembú. El ganador pasará a cuartos de final y se las verá con el vencedor de la llave entre River y Racing.
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