Guido Schramm, un boxeador argentino que está radicado en Estados Unidos, sufrió una dolorosa derrota frente al mexicano Vladimir Hernández en el sexto round del combate que cerró la velada del “Wednesday Night Fights” organizado por ProBox en su centro de eventos de Plant City, en Florida.
El súper welter nacido en Morón hace 28 años partía como favorito ante el azteca, que hizo honor al peso de su sangre para plantarse y sorprender a Schramm en el ring: con un zurdazo demoledor en el sexto round lo mandó directo a la lona y puso la firma a uno de los nocauts del año.
No sólo no estaba en los planes la definición de Hernández, sino que fue confirmado para pelear casi a último momento, hace apenas dos semanas, como consecuencia de la baja del ruso Radzhab Butaev. Nacido en Ciudad Lerdo, en el estado mexicano de Durango, el zurdo de 35 años apeló a su experiencia y su conocida resistencia física para acelerar en el momento justo y definir la pelea en forma espectacular.
El directo de Hernández fue demasiado para Schramm, que cayó de frente y sin reacción, algo que hizo más espectacular la acción y provocó que el árbitro Emil Lombardi frenara de inmediato la pelea. Ahí, enseguida, se dio por terminada y se selló la victoria del boxeador azteca.
Vladimir Hernandez le propinó este nocaut al argentino Guido Schramm. pic.twitter.com/NZaIxdBxbg
— Paulo César Cortés Garzón ���� (@PauloCCortes) June 6, 2024
La espectacular definición de la pelea
¿Quién es Guido Emmanuel Schramm? Nunca fue un protegido, es poco conocido en Argentina y jamás estuvo de moda, pero siempre aprovechó sus oportunidades. Debió dejar en el camino a varios invictos en significativos escenarios norteamericanos, y obligó a los críticos locales a preguntarse: ¿quién es? Un bonaerense nacido en Morón hace 28 años. Con un peso de 69 kilos y récord de 16 victorias (9 KO), tres reveses y dos empates.
Su igualdad con el invicto Paul Kroll, en las afueras de Filadelfia, en agosto del año pasado, determinó un suceso en las peleas televisadas, en horario central, de la cadena Showtime. Aquel empate fue el último gran logro de una serie de actuaciones colmadas de elogios: dos victorias por KO en México en 2020 y su debut en el Gran Teatro del Madison Square Garden de Nueva York, en el que le arrebató el invicto al georgiano Nikoloz Sekhniashvili, en 2021. Potenció este estado de situación con una gran victoria por puntos, en California, sobre otro imbatido, Jahyae Brown, que sirvió para borrar los acertijos que había en Buenos Aires debido a su única derrota, ante Cristian Ayala, en el Casino Buenos Aires.
Creció en el barrio Mariló de Moreno. Querencia brava, si las hay. Nunca le faltó nada, pero para crecer tranquilo allí pulió una cualidad natural: la puntería de los puños en la ley de la defensa propia. Alternó al mismo tiempo: el colegio secundario, el trabajo de tapicero y el gimnasio de boxeo junto a Fernando Torri Muñoz, que lo convirtió en boxeador profesional. Tiempos de sueños e ilusiones.
Hoy vive en Canova Park, a veinte minutos del centro de Los Ángeles, con su documentación al día y radicación temporaria en California. Se entrena con el norteamericano Leonardo Lara, que busca también crecer en el boxeo grande. Sabe que para él nunca habrá veladas con rivales, cenicientas ni veteranos que caen en la escalera. Y eso lo hizo fuerte y respetable.
De a poco rompe la ley indiferente de la industria pugilística norteamericana que comienza a analizarlo. Jamás pidió una oportunidad y no desaprovechó –absolutamente– nada cuando se la brindaron. Está en observación, agazapado y en lista de espera. Demuestra ser un valor interesante y forcejea por buscar un lugar en el fondo del ranking mundial sin “boquear” a ningún campeón. Pero este miércoles sufrió un revés inesperado de cara al futuro inmediato.