Medio año después de un parate inverosímil, cinco equipos argentinos volvieron a competir en aguas internacionales. Y más allá de la paridad de resultados (dos victorias, dos derrotas y un empate), quedó flotando una buena sensación: todos estuvieron a la altura y de los que perdieron, ninguno fue superado con holgura por otros elencos con más tiempo de preparación.
El primero en romper el hielo fue Racing, que perdió sin merecer ante Nacional de Uruguay: sufrió un minuto fatal y su derrota por 1 a 0 (gol de penal de Bergessio) ensombrece un poco lo que en alguna medida no ha dejado de ser un camino allanado a su clasificación a la segunda fase: está segundo en el grupo F, tres puntos por delante de Estudiantes de Mérida y Alianza.
Defensa fue el mejor: en su cancha de Florencio Varela, el Halcón goleó a Delfín por 3-0 merced a goles de Braian Romero, Gabriel Hachen y Nicolás Leguizamón y las tres unidades abren la puerta de la quimera: ha quedado a cuatro de Palmeiras y a dos de Olimpia, al que el miércoles próximo enfrentará en el Estadio Norberto Tomaghello.
En San Pablo, River ofreció un espléndido nivel: perdía por un gol en contra, lo dio vuelta a diez minutos del final y al cabo padeció un accidente análogo al de principio para ver escaparse un triunfo por el que había hecho claramente más que el conjunto brasileño. Con este 2 a 2, los millos marchan segundos con cuatro puntos, los mismos que San Pablo, uno más que Binacional y tres más que Liga Universitaria de Quito.
Boca ganó con comodidad. Con Leandro Somoza en la cancha, Miguel Ángel Russo en la Argentina y unos cuantos suplentes, borró al desvaído Libertad orientado por el riojano Ramón Díaz y con los dos goles de Eduardo Salvio se adueñó de la punta del grupo H al imponerse por 2 a 0.
Finalmente, el Tigre de Pipo Gorosito cayó por goleada ante Guaraní de Paraguay (1-4) aunqu. jugó de igual durante 80 minutos. Su esfuerzo resultó insuficiente y vio esfumarse sus posibilidades de meterse en la lucha de arriba en el grupo B: cero puntos sobre nueve.