El sol que entibiaba la siesta del primer sábado de junio parecía adelantar una jornada tranquila. Pero, tal cual anticipó la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el acto del viernes junto al presidente Alberto Fernández, no hay paz para un gobierno en la siempre agitada Argentina. Esa foto de unidad por los 100 años de YPF y un presunto regreso del diálogo en el Frente de Todos resultaron tan engañosos como la promesa de un sábado plácido. La bomba estalló con un tuit de Cristina y el pedido de renuncia al ministro de Producción Matías Kulfas.
Aunque parezca distante, hay una relación entre la crisis desatada al interior de un gobierno bicéfalo con la última visita de Kulfas a Santa Fe, el martes pasado.
El cortocircuito se generó por una respuesta del Ministerio de Producción a las críticas de la vice que pidió a Alberto "usar la lapicera". En un off the record enviado a periodistas, la cartera de Kulfas mencionó que los atrasos en las licitaciones del gasoducto Néstor Kirchner se debían a impericias (o incluso actos dudosos) de funcionarios cristinistas.
Entre los ejemplos, ese descargo sin firma mencionó una supuesta licitación a medida por unas chapas para la empresa Techint cuando existe otra firma en Villa Constitución (Laminados Industriales) que podría haber participado.
Si bien los propios funcionarios del área de Energía nacional aludidos respondieron a esos puntos, y Cristina enfatizó al compartir esa réplica en sus redes sociales, lo que a su vez forzó al presidente a echar a Kulfas, el sustento de esos argumentos en off the record son más que llamativos. O, dicho de otra manera, no tienen sustento.
En ese punto entra en escena el acto del martes pasado en Villa Constitución con presencia de Kulfas. El periodista Mariano Galíndez cubrió ese hecho para Rosario3: "Luego de 50 años, se vuelve a fabricar en Argentina chapa para la industria naval: y sale desde Santa Fe".
El propio CEO de Laminados Industriales Juan Pablo de Martino habló del "importantísimo" paso que daba la firma porque "hace 50 años que se había dejado de hacer chapa naval en la Argentina". Eso mismo dijo Kulfas. Pero en el encuentro también quedó claro que la empresa recién en diciembre de este año podría tener la producción de insumos para gasoductos.
Es decir que no estaba en condiciones de participar de ese pulseada porque este año no podría entregar esas chapas especiales, como sugiere el mensaje anónimo que salió de Producción.
O Kulfas no prestó atención, o el off the record falsea datos con mala intención o el ministro estaba ajeno a ese mensaje enviado a los periodistas. Es probable que nadie salga a aclararlo. Entre otras cosas porque el ministro ya no lo es.
Lo comprobable es la confirmación de la salida del ex titular de Producción, que fue oficializada por la portavoz de Presidencia, Gabriela Cerruti a los medios nacionales.
Antes de eso, la vicepresidenta había utilizado sus redes para expresar su malestar por la información que el ministro hizo trascender y su mensaje fue respaldado por el presidente.
La resistencia de Cristina a Kulfas viene desde el inicio del gobierno porque era un fuerte crítico a su última gestión. Lo expresó en su libro "Los tres kirchnerismos". En cambio, el ex funcionario tenía una muy buena llegada al empresario. Quedó claro el martes en Villa Constitución cuando se movió de local y fue muy aplaudido por los presentes. Pero eso ya es una anécdota en la cambiante marcha del gobierno y el país del corto plazo.
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