El juicio oral y público por la desaparición y muerte de Paula Perassi llega a su fin. Este miércoles, la Fiscalía presentó su alegato de clausura en el Centro de Justicia Penal ante el tribunal conformado por los jueces Griselda Strólogo, Álvaro Campos y Mariel Minetti en el cual ratificó lo expuesto en el inicio del proceso: la teoría indica que a la joven sanlorecina la obligaron a abortar, falleció en esta práctica y luego, con el apoyo de una “estructura desaparecedora” se deshicieron del cuerpo. “No hay atenuantes a la gravedad de estos hechos. Se hizo desaparecer a una persona embarazada y existe una continuidad del delito. La condición de policías de algunos de los imputados lo agrava aún más. No hubo arrepentimiento de los acusados”, enumeró el fiscal Donato Trottta, quien resolvió en consecuencia pedir al tribunal “el máximo de la pena”.
Así, el funcionario solicitó cadena perpetua para los acusados Gabriel Strumia, su esposa Roxana Michl, Mirta Ruñisky, acusada de practicar la interrupción del embarazo y Antonio Díaz, empleado de Strumia por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada y aborto sin consentimiento seguido de muerte en calidad de coautor y en concurso real.
En tanto, exigió la pena de 6 años de prisión y 10 de inhabilitación como funcionario público para el ex jefe de Cuerpos de San Lorenzo, Daniel Puyol por el delito de encubrimiento por favorecimiento personal y real y por no denunciar la perpetración de un delito cuando estaba obligado a promover la persecución penal de un delito de esa índole, agravado por su condición de funcionario público, e incumplimiento de los deberes de funcionario publico en concurso real, en calidad de autor y 10 años de cárcel e inhabilitación para funciones públicas para los agentes policiales Jorge Krenz, Gabriel Godoy, María José Galtelli y Aldo Gómez. Los agentes fueron acusados por los delitos de encubrimiento por favorecimiento personal, por no denunciar la perpetración de un delito cuando estaba obligado a promover la persecución penal de un delito de esa índole, agravado por su condición de funcionario público, e incumplimiento de los deberes de funcionario público, por sustracción y destrucción de objetos destinados a servir de prueba ante la autoridad competente y falsedad ideológica de instrumento público en concurso real, en calidad de autor.
Durante su exposición, Trotta enumeró el pasaje de los testigos durante el juicio y brindó precisiones en relación a las pruebas presentadas. Se refirió a las últimas declaraciones de Nicolás Vásquez, yerno de Mirta Ruñisky, la acusada de practicarle un aborto a Paula: “Omite sus dichos anteriores lo que lo pone casi al borde de un falso testimonio”, sostuvo y recordó que al momento de incriminar a la mujer estaba separado de su esposa, hija de la imputada. Otro punto fueron las pastillas de Oxaprost encontradas en uno de los domicilios de Ruñisky que fueron allanados. “El médico legista declaró en juicio que estas pastillas provocan abortos y cuestan hasta 6 mil pesos. En este juicio escuchamos al señor José María Dadamo, esposo de Ruñisky, quien dijo que las usaba por gastritis y cuando se le advirtió fecha del allanamiento en 2014 , estaban vencidas hace dos años pero igualmente reconoce que pudieron ser para su ingesta. Esto no es aceptable, incluso reconoce que ya nos las consume. Señores jueces, la realidad es que nunca consumió pastillas y su objetivo fue exculpar a su esposa porque nada es creíble”, manifestó y consideró que evaluaban denunciar lo por “falso testimonio” por sus dichos.
También rescató la declaración del pescador que estuvo preso junto a Gabriel Strumia en Piñero, quien aseguró haberlo escuchado decir que se habían deshecho del cuerpo de Perassi arrojándolo a los chanchos. “El resultado penoso del aborto fue la muerte y el descarte del cuerpo”, observó y agregó: “Se trató de instalar como refirió el testigo (integrante del equipo de antropólogos forenses, Juan) Nobile, el descrédito de la desaparecida y sus familiares, la dudosa moralidad de Paula, un posible suicidio o bien que se ausentó mientras que los informes psicológicos presentados dan cuenta que no había tendencia suicida en Paula”, destacó.
El representante del Ministerio Público de la Acusación recordó que en el marco del perfil psicológico de Paula también se estableció su buena ortografía. En este sentido cuestionó los mensajes de textos que supuestamente fueron recibidos por Strumia de parte de la mujer tras su desaparición. “Esos mensajes no fueron escritos por Paula, ¿quién más pudo hacerlo que aquel que se quedó con su celular y usaba ese teléfono?”, cuestionó en relación al teléfono terminado en 414 que fue activado el 6 de septiembre de 2011. “Strumia sabía del 414”, remarcó y añadió: “¿Quién otro podría mandar ese mensaje si no quien se quedó con ese teléfono”?
Nicolás
Trotta anunció que denunciará a Nicolás Strumia, el hijo de Gabriel Strumia y Roxana Michl por “falso testimonio”. De acuerdo a lo que apuntó, el chico de 23 años mintió en su declaración durante el juicio. “Es lamentable la utilización de su hijo para prefabricar pruebas y mentir”, destacó en relación al supuesto reconocimiento que hizo el joven de su padre en su casa, durante el 18 de septiembre a la tarde, a través de fotogramas registrados por cámaras de seguridad. “Está probada y sin duda que Strumia estuvo en el Viejo Bar de Timbúes entre as 18 y las 18.30 del domingo y a las 20.48 estuvo en San Lorenzo captado con la antena celular y se pretende 7 años después ubicarlos haciendo tareas en la pileta de la casa”, expresó. “Lo que pretende es desvincular a sus padres de la causa y no está detenido como debería sencillamente porque en ese momento era menor de edad porque ha colaborado con los imputados”, precisó en relación a su declaración en noviembre de 2011, cuando aseguró haber visto a Paula en una garita de colectivo. “Fue una prueba plantada a través de un menor de edad”, indicó.
Más adelante, trajo al alegato el hecho de que se había demostrado en juicio que Nicolás Strumia había intentado hackear el perfil de Facebook de Paula. “Evidentemente esta cofradía delictiva familiar no podía descansar a los fines de encubrir su accionar e instalar de que Paula iba a aparecer porque se había ido por loquita”, señaló y repitió: “Nicolás Strumia vino a mentir y a sacar a sus padres de la cárcel, no está en el banquillo de los acusados porque era menor”.
Un grito de auxilio y la coartada de una cena
Trotta mencionó un supuesto grito de auxilio que llegó al teléfono fijo de los Strumia cuando estaba siendo intervenido. En su momento, los padres de Paula descartaron que se tratara de la voz de su hija y la identificaron como la voz de Roxana Michl. “Esa voz nunca salió de la boca de Paula. Adrián Hernández de Asuntos Internos confirmó en juicio que nunca existió esa llamada, lo denota el tono que se escucha en la grabación, nunca exitió una llamada y se corroboró por la grilla de llamadas de Telecom. Acá se levantó el tubo y se introdujo esa voz “ayuda, ayuda ayuda”. Era la voz de la señora Michl”, aseguró.
El fiscal además apuntó a la supuesta cena que tuvo lugar el 18 de septiembre a la noche en el bar Guanabara de San Lorenzo entre la familia Strumia y unos amigos, los Piedrabuena. La defensa llamó como testigo a este hombre, amigo de Gabriel Strumia, quien sostuvo que había cenado con él esa noche. Trotta desestimó su declaración: primero por una comunicación de más de media hora entre ambas esposas cuando supuestamente se iban a ver una hora después, por otra parte, se conoció que Piedrabuena había salido de su trabajo a las 22 y que había ingresado a las 6 del otro día y, finalmente, destacó una irregularidad detectada en la facturación presentada por el local gastronómico que vuelve “poco creíble” el comprobante de la “cena” en cuestión. Además, recordó que “el informe de Adrián Hernández quien se entrevistó con los dueños del bar y le dijeron que sólo daban tickets”.
Policías
“Para ocultar la privación ilegítima de la libertad de Paula se necesitaba la cobertura del hijo y de parejas amigas pero había que hacer desaparecer los rastros del delito y se requería de expertos en materia criminal”, consideró Trotta y mencionó a los imputados Jorge Krenz, Gabriel Godoy, María José Galtelli y Aldo Gómez. “Existió una estructura desaparecedora porque una mujer madre no desaparece así porque sí un domingo a la noche, se requiere una estructura que cimente la desconfianza en la víctima”, profundizó.
Sobre Daniel Puyol manifestó: “Perassi reconoció acá que fue propuesto por Strumia para que le pretara ayuda pero no se la presta a Alberto sino a su amigo Struimia y lo entendemos así por la existencia probada de un radio entre ellos el mismo día de la desaparición de Paula”, observó. Luego, recordó las “innumerables comunicaciones que había mantenido Puyol con Strumia”, a través de un teléfono que no era el que usualmente utilizaba el imputado, incluso hay llamadas detectadas el día después de la desaparición de la joven y durante el día en que Strumia estuvo preso en 2011.
En relación a Godoy, a cargo de Unidades Especiales, subrayó los “radios y alertas” que se registraron con Strumia tras el 18 de septiembre y también durante su detención. Otra cuestión incorporada al alegato fue un allanamiento llevado a cabo en Oliveros, en la casa de un amigo de Strumia. Al parecer se encontró en esta oportunidad una carta firmada por Paula que despareció. “El encargado de la requisa era Godoy”, aclaró y destacó que hubo “radios” a Strumia previos al procedimiento.
“Existió una connivencia del accionar policial”, dijo convencido y sumó: “Esta investigación era ilícita y la omisión del accionar policial dolosa”. “Había actividades del personal policial que tenían que salir bien, rastrillajes pedidos por vecinos, algo sí tenía que salir bien, no todo mal”, siguió.
En relación a Krenz, alertó: “Tenía el deber de controlar a sus subalternos Godoy, Gómez y Galtelli”. Repasó que estuvo ausente desde el 4 de octubre al 11 de octubre de 2011 y consideró que esta situación no lo “exculpa” y lo acusó de demorar la intervención de las líneas telefónicas de Strumia y Ortiz de Eleguea. “Permitió un accionar a espaldas del juez Filocco y del fiscal”, añadió al tiempo que lo señaló por haber mantenido comunicaciones con Strumia mientras estaba detenido.
Trotta, a continuación, se detuvo en los oficiales Gómez y Galtelli. “Escuchamos en este juicio que a ambos se les había asignado una oficina cercana a la del jefe de la Unidad XVII”, sostuvo. Indicó que se expuso que el agente mantuvo comunicaciones con el teléfono de Strumia que apareció una vez que se conoció la lista de llamadas de la empresa de comunicación, tanto estando el actual imputado detenido como al ser liberado: “No había otra razón para que Gómez hablar con él que mantenerlo en contacto con el progreso de la investigación”, observó el fiscal, quien hizo hincapié en la desaparición del casette original en el que se asentó la voz que pedía ayuda y que quedó registrada en el fijo de la casa de Strumia.
“Galtelli mantiene con Strumia alertas y comunicaciones en cantidad significativa en distintas oportunidades. Una que llama la atención son radios y alertas del 1, 2 y 3 de diciembre poruque en esas fechas se presenta (Nicolás) Strumia con su madre a prestar declaración testimonial que evidentemente era una farsa y el personal policial no lo podía desconocer”, manifestó en relación a la declaración del hijo de Gabriel Strumia y Roxana Michl en la que aseguró haber visto a la joven en una parada de colectivo: “Nunca estuvo en esa garita y Nicolás Strumia nunca fue a pedir calificaciones, todo fue una farsa y eso contó con la connivencia policial”, acusó.
El fiscal de la causa remarcó: “En estos 7 años y medio que pasaron de la desaparición de Paula no hemos tenido respuesta, nadie se la ha dado a la familia Perassi. La investigación fue compleja no sólo por el tiempo sino por el accionar policial que instaló una idea distinta de lo ocurrido”, insistió y concluyó: “Sólo una estructura corrupta permitió que se consolidara, no hubo ineficiencia sino acción y omisión dolosa”.
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