El cielo de plomo, cargadísimo de agua, revuelto por un viento mojado. Encima este frío desorientado, intenso como si fuese julio. Este domingo el gris apareció en su multiplicidad de matices, afuera y adentro de El Tres, el escenario en el que transcurrió el debate a gobernador del que participaron Maximiliano Pullaro (Unidos para Cambiar Santa Fe), Marcelo Lewandowski (Juntos Avancemos), Edelvino Bodoira (Viva La Libertad) y Carla Deiana (Frente de Izquierda). No solo fue el color, en sus múltiples grados, que eligieron los tres candidatos varones para vestirse, sino que además, fue el tono que imperó al aire, con cruces débiles y desganados, con ataques que se quedaban sin fuerza enseguida, un enorme guante tendido que nadie quería agarrar. La única que aportó un poco de color fue la candidata mujer, la socióloga que vistió una polera de mangas cortas, de un verde que rompió con la monocromía de las prendas, pero también del ánimo reinante, siendo la más combativa y la más crítica.
El primero en llegar fue Bodoira. Antes de las 6 de la tarde, arribó de impecable traje gris oscuro y corbata perlada, el único de los tres candidatos varones que usó esa prenda. No se le notaba el viaje desde Rafaela con lluvia, por el contrario, muy formal y amable, vino acompañado de su eposa Estela y sus asesores, el diputado Juan Domingo Argarañaz y su hijo Delvis Bodoira. La segunda en llegar fue Deiana, acompañada por su gente –sus asesores son Nicolás Rapanelli y Damián Blanco–, quien enseguida expuso y denunció la protesta de un grupo de enfermeros y enfermeras por el cumplimiento de la ley de enfermería, en el ingreso de la empresa Televisión Litoral.
Mientras el dron de El Tres sobrevolaba el parque de punta a punta, llegó el candidato del oficialismo, Marcelo Lewandowski, en companìa de su vice, Silvina Frana. Ambos bien abrigados y secundados por los asesores, el secretario de Comercio Juan Marcos Aviano y el ex legislador Marcelo Gastaldi. Para entonces, solo faltaba Pullaro, quien finalmente apareció pasadas las 18.30, también secundado por su candidata a vicegobernadora, Gisela Scaglia, la candidata a diputada provincial Clara García y los asesores Luis Persello e Ivonne Cikurel.
Los candidatos debieron pasar por maquillaje, instancia que aprovecharon para relajarse un poco, a modo confesionario. De cara al espejo, se animaron a mostrar ansiedad e inseguridad. Deiana, también profesora, confió en que estaba algo nerviosa, pero no dudó: “Vengo a pelear”, aseguró. El tercero en pasar por las manos de Marisa, la maquilladora, fue Lewandowski, quien apuró un cafecito en el living de la empresa, espacio en común a todos los participantes –cohabitaron por algunas horas la derecha, la izquierda y el centro sin problemas, por el contrario, disfrutaron del nutrido catering servido descargando un poco el estrés en cada mordida–y se dirigió rápido y muy predispuesto cuando lo requirieron. Su pasado de periodista le podía jugar a favor a la hora de debatir, pero admitió que estaba ansioso, con ganas de que todo pase rápido.
El último en maquillarse fue Maximiliano Pullaro. Rígido y concentrado, con ese aire imperturbable que evidencia en las publicidades, aprovechó la instancia para averiguar sobre el clima en el estudio. “Soy muy friolento”, contó, aunque finalmente, optó por quitarse el pullover y lucir una camisa blanca debajo del traje. A pesar de que los votos le son favorables y si se repite su performance en las elecciones generales, el domingo próximo podría convertirse en el nuevo gobernador de Santa Fe, consideró que no es bueno asumir ningún escenario, es decir, no "cancherearla", incluso en un debate televisivo. “Recen por mí”, fue su saludo.
Los pasillos del canal estaban repletos. A los técnicos, productores y periodistas de la casa (El Tres, Radio 2 y Rosario3), se le sumaron los equipos de Telefé Rosario y Santa Fe, La Capital, Cronista, Revista Rea, Señal Santa Fe, Uno Santa Fe, Letra P y Aires de Santa Fe, quienes iban y venían organizando las coberturas. Mientras tanto, pasados algunos minutos de las 19, los candidatos y sus asesores se acomodaron en el estudio de TV, ajustando detalles. Parecían estudiantes a punto de rendir un examen, inseparables de sus apuntes, acomodando papeles en sus atriles. Los cuerpos despedían nerviosismo, los cuatro daban respiraciones largas y tomaban agua a la vista de sus acompañantes que tomaron asiento en unos taburetes altos, atrás de las cámaras.
A las 19.45 se prendió la luz roja. Los periodistas Sonia Marchesi (Telefé Rosario), María Luengo (Telefé Santa Fe) y Sergio Roulier (El Tres) abrieron el debate que, a pesar de algunos cruces más encendidos, sobre todo entre Pullaro y Lewandowski, no se picó demasiado. Tranquilamente, hubieran podido estar solos ya que no se dirigieron nunca a los otros oponentes. Quedó claro que Pullaro fue a proponer y el senador nacional justicialista, salió a la defensiva, con mucho más ahínco. Usó una variedad de carteles –el primero lo exhibió al revés, pero enseguida lo dio vuelta–, incluso hizo una pequeña performance cuando abolló un papel y lo tiró al piso. Se trataba del contenido de una conversación que el por entonces ministro de Seguridad provincial mantuvo con el ex jefe de la URI y de la URV, Adrián Rodríguez el 22 de junio de 2017, en la que Pullaro le recuerda a Rodríguez la fecha de inscripción para rendir el cargo de director general.
Por su parte, el actual diputado provincial estuvo de a ratos tenso, pausado, y casi inexpresivo, salvo en algunas oportunidades, cuando su vecina de atril, Carla Deiana, le asestaba alguna acusación y abría los ojos con más fuerza. También utilizó el recurso de los carteles para pegarle al gobierno de Omar Perotti y reforzar algunas ideas. No mantuvo conexión con sus asesores, salvo durante el corte.
Quienes jugaron un rol fundamental fueron Rapanelli y Blanco, asesores de la candidata de izquierda. Durante toda la transmisión siguieron palabra por palabra las exposiciones de la joven socióloga, gran parte del tiempo de pie y exhibiéndole carteles escritos sobre la marcha con palabras claves o cifras a modo de recordatorios. “Dale tiempo a las propuestas”, fue una de las recomendaciones en puño y letra.
Carla Deiana fue quien aportó un poco de sal. Fue contra Pullaro y Lewandowski a fuerza de vincularlos con el poder y con aparatos políticos que ya han gobernado sin aportar demasiadas soluciones. Con un discurso firme, limpio, moderno y estructurado, fue combativa y aprovechó la carencia de gestiones erráticas o improductivas. Sin embargo, eso mismo la sacó de escena, arrojando un guante que ninguno de sus contrincantes tomó.
Bodoira, por su parte, se mostró tranquilo, aunque un gesto repetitivo indicaba cierta perturbación: se tocaba constantemente su nariz. Costó escucharlo bien en algunos tramos de tan bajo tono de voz que utilizó. Aunque se lo vincula a las ideas de Javier Milei, nunca lo mencionó. No buscó confrontar con nadie y ninguno de los otros tres lo integraron a sus contiendas. Sus intervenciones fueron seguidas por sus asesores, quienes se dispusieron en uno de los costados del estudio, distantes del resto.
A las 21, tras el “minuto de oro” que tuvo cada uno de los participantes, el programa especial finalizó. Todos se saludaron con todos, con besos y apretones de manos, hubo sonrisas y gestos de agradecimiento.
Un cierre acorde a un intercambio en el que primó la armonía a pesar de las ideas contrapuestas, donde escasearon los golpes bajos y las chicanas. Quizás, haya sido una puesta en escena o la contundencia del resultado de las Paso haya pesado demasiado, lo cierto es que se corrieron del lugar protagónico las controversias que se vienen escuchando desde el inicio de la campaña para darle prioridad a las propuestas que puedan mejorarle la vida a la gente.
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