La temporada de calor, y más ahora, en pleno verano, exige cuidados especiales para la salud a la hora de salir al aire libre, donde el sol y los mosquitos pueden generar complicaciones.
Protector solar y repelente se vuelven aliados indispensables pero, ¿cuáles son el orden y la forma correcta de aplicarlos en la piel? El doctor Ramón Bussy, dermatólogo rosarino, lo explicó esta semana en El Tres.
“Primero va el protector solar, porque necesitamos que se absorba 20 minutos” para funcionar como tal y filtrar correctamente los ultravioletas e infrarrojos que pueden causar daños dérmicos.
“Después de eso va el repelente. Y si se transpira o se entra al agua, otra vez protector y repelente”, destacó el profesional, en relación a la importancia de repetir el proceso durante el día cuando sea necesario.
Al salir de día, el cuerpo "fundamentalmente se expone a los rayos ultravioletas y a los infrarrojos". Y si bien "el que quema la piel es el infrarrojo, es más necesario "filtrar los ultravioletas", sobre todo la variación UVB, que es la que "ampolla y quema" y también "la que más puede dar cáncer de piel".
Por ese motivo, Bussy recordó que es "fundamental usar filtros protectores solares" y en la actualidad, el factor mínimo es 30, cuando años atrás eran suficientes protecciones menores. "Para el cuerpo un 30 y para la cara un 50, eso es lo ideal", agregó.
Cómo se produce el bronceado
El dermatólogo explicó que "cuando penetran los rayos ultravioletas en la piel para producir un bronceado, esa estimulación del melanocito (células asociadas a la pigmentación) tarda tres días". Entonces, "después de tres días de sol -con la correcta protección-, uno no se va a flechar pero va a aparecer el bronceado, y una vez que aparece hay que seguir usando el protector solar", advirtió.
Remarcó la importancia de aplicar las cremas indicadas entre 20 y 30 minutos antes de la exposición al sol. Por eso, el médico difunde siempre un concejo: "A los que trabajan al aire libre, que tengan el protector solar junto a la pasta dental: se limpian los dientes, se ponen el protector solar, desayunan y se van a trabajar. Entonces el protector ya penetró y está protegiendo".
"Si se transpira mucho -recordó-, cada dos o tres horas hay que repetir la aplicación".
Y por último, dejó otra recomendación importante: "En la pileta, el río o el mar, al salir, secarse con una toalla. Porque si nos secamos al viento, todas esas microgotas actúan como microlupas para el sol y generan más daños y mayor predisposicion a envejecimiento y cáncer de piel. Entonces, toalla y después protector solar de nuevo".