Daniel Erbetta asumió formalmente esta semana como presidente de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe. En diálogo con Radio 2, el ministro judicial analizó la difícil situación que se vive en Rosario y la región en materia de seguridad y señaló que “hacen falta muchas decisiones políticas”.
“En lo que a nosotros nos compete, vamos a trabajar en todo lo que sea necesario y hemos comprometido nuestro esfuerzo. Pero también hay que iniciar un camino que apunte a una solución perdurable. En ese camino los cambios y reformas institucionales que tiene pendiente la provincia son muchos y los responsables de estos cambios y reformas son muchos”, sostuvo Erbetta en diálogo con Radiópolis.
En ese sentido, el titular de la Corte provincial pidió focalizar lo que pasa en cada territorio ya que la realidad de la provincia, en materia de seguridad, es muy distinta. “No todo es lo mismo. Venado Tuerto está a 160 kilómetros y tuvo 2 homicidios en todo 2022, es una tasa por debajo de la europea. Rafaela tuvo 4, Santa Fe 66 y Rosario 188. El problema hay que focalizarlo en esta zona”, analizó.
Con respecto a las reformas necesarias, el juez insistió con la necesidad de avanzar en soluciones estructurales que logren que la pacificación del territorio se pueda mantener en el tiempo. “En el discurso de apertura yo decía que la solución punitiva y la intervención de fuerzas de seguridad no son excluyentes, pero si necesarias. Son soluciones coyunturales, hay que trabajar mucho en acortar las distancias sociales, las profundas desigualdades que existen en este mundo globalizado y en los países menos desarrollados”, remarcó Erbetta.
“Después tenemos la pata punitiva, y ahí tenemos a tres actores que son policías, fiscales y cárcel. De esos tres, tenemos problemas en dos que son policía y cárcel. Hay que encarar una reforma policial urgente. Rosario es el lugar de la Argentina donde existe la mayor cantidad de jefes y agentes policiales condenados o sometidos a procesos por vinculación con quienes gerencian las economías delictivas”, reclamó.
Pero además pidió atacar al narcotráfico desde lo económico. “La violencia es un negocio y si uno no ataca la parte económica, va a subsistir. En materia de lavado, en la Justicia Federal hay una sola condena y la mayoría de los procesos y condenas están en la justicia de la provincia”, destacó el magistrado.
“La droga forma parte de lo que se llama «criminalidad en escala» junto con el tráfico de armas y de personas. Son negocios que generan un volúmen billonario en dólares que después se lava en paraísos fiscales del hemisferio norte que gozan de buena salud”.
Sobre esto último profundizó: “Cuando el mercado está atrás del delito, no se para con una ley penal. Si hay una demanda rígida, yo puedo encarcelar a la mitad de la ciudad de Rosario, pero siempre va a aparecer alguien que me la va a ofrecer”.
“Este es el problema que tenemos en Rosario. Un mercado de menudeo muy grande que ha crecido exponencialmente con niveles de consumo muy altos y que genera 9 millones de dólares de ganancia por mes. Como el negocio se desreguló, se perdió el control de territorio que quedó a merced de las disputas entre organizaciones”, sostuvo.
“Hemos llegado a una situación donde la expertiz que han adquirido estos grupos en el manejo de la violencia y la facilidad con la que acceden a las armas, las han convertido en bandas polirrubro. No es solamente hay una disputa del mercado de la droga, son también usurpaciones, extorsión y balaceras”, agregó el titular de la Corte.
Por último, Erbeta deslizó la necesidad de empezar a discutir la posibilidad de despenalizar el consumo de algunas drogas. “A veces nos cuesta reparar la dimensión histórica de los fenómenos ¿Qué pasó con la ley seca en Estados Unidos? ¿Por qué ahora en lugar de prohibir, habilita el consumo de determinadas drogas?”, se preguntó.