Los empleados de Aguas Santafesinas no cobrarán el mes que viene el premio de $2.8 millones que reciben por año desde que la empresa se provincializó en la gestión de Jorge Obeid. La decisión, que seguramente generará una reacción gremial, es posible por la ley de emergencia sancionada en junio.

Todo el personal –sin distinción de rendimiento o productividad– cobra anualmente un premio equivalente al que recibiría el de la categoría más alta, que se abona el 40 por ciento en marzo y el 60 por ciento en octubre.

Tras tener que haber pagado la primera parte, porque estaba establecido en el convenio colectivo de trabajo, ahora con la ley de emergencia ya vigente, Aguas tomó la decisión de no terminar de abonarlo y se ahorrará así $2.400 millones.

La decisión se toma en el marco de los fuertes ajustes de gasto –sobre todo sindical y laboral– que está haciendo la gestión de la presidenta del directorio Anahí Rodríguez para equilibrar las cuentas de una firma estatal que, aseguran, haber encontrado cooptada por el gremio que conduce Oscar Barrionuevo.

En efecto, cuando el gobierno de Maximiliano Pullaro asumió, el 90 por ciento del costo de Aguas lo pagaba el Tesoro provincial, culpando a las gestiones anteriores a la inflación. No obstante, la nueva conducción encontró un "festival de despilfarros" en gastos de personal y costo sindical, sobre todo por excesos en horas extras y ausentismo con goce de sueldo.

Fue así que empezaron a acomodar la situación y, junto con el aumento de tarifas y un incremento de la eficiencia en la prestación del servicio, ahora el 50 por ciento del costo ya lo paga la tarifa con miras a llegar a un 60 por ciento de aportes propios para fin de año y alcanzar a fin de 2025 un presupuesto equilibrado.

Para el directorio este tema es crucial ya que, entiende, resulta injusto que el Tesoro Provincial desvíe ingresos que podrían ir a Salud, Educación y Seguridad para cubrir los gastos de una empresa que además no presta servicios en toda la provincia.

Incluso, reducir fuerte el despilfarro de recursos, por años de desidia y desmanejos, es clave para que tenga legitimidad el esfuerzo que se le pide al ciudadano al aumentarse la tarifa, entienden desde la compañía

"Tomamos el toro por las astas en Rosario, donde está el foco del problema de autonomía gremial", dicen en el directorio, que proyecta un ahorro de $20 mil millones en el presupuesto de este año de $140 mil millones gracias a los ajustes.

Por ejemplo, se eliminaron cinco gerencias (general, recursos humanos, operaciones, institucionales, contrataciones) y los directores absorbieron esas funciones. 

Otras medidas que se tomaron fueron la suspensión de nuevos ingresos y de promociones. Además, se revisaron pases a planta en 2023, congelamientos de cargos, reducción de cargos presupuestarios, reducción y control de horas extras, reducción de adicionales y reducción de ausentismo.

En concreto, se redujeron en lo que va del año 68 empleos y habrá otras 15 desvinculaciones. Hoy Aguas tiene 1.338 empleados contra los 1.474 que había al ingresar la gestión.

Sobre horas extras, se redujeron 5.000 quedando a julio 7.900 al mes frente a las 11.700 que se pagaban en enero. Como prueba de la eficiencia lograda, Aguas tiene hoy la misma cantidad de horas extra que las que tenía hacia 2007, cuando no estaba la nueva planta de Baigorria y el sistema de acueductos.

Según aseguran en el directorio, las horas extras y el cuerpo laboral sobredimensionado no tienen razón de ser ya que se explican solo por irregularidades impulsadas por el gremio.

Por ejemplo, contaron que se detectó que la esposa de Silvio Barrionuevo, el líder del gremio, se tomó una licencia con goce de sueldo para un viaje a Arabia Saudita y Las Canarias, mientras que otro familiar estaba negociando un año de licencia con goce de sueldo para viajar por Europa. También detectaron casos de empleados que se tomaron 40 horas extras en un solo día. Detectaron también que la empresa está poblada de familiares de Barrionuevo que cobran sueldos altos y solo marcan tarjeta, aseguran desde el directorio.

Otro caso reciente es la suspensión de un empleado por 30 días sin goce de sueldo que iba con el móvil de Aguas al City Center, irregularidad detectada por el GPS del vehículo

Según los últimos números, se recuperaron 541 días (por el control de ausentismo) y se ahorraron $43 millones en usos de celular. También realizaron ajustes en presupuestos a tercerizados, como una reducción de $195 millones de un contrato de $500 millones con una firma de la familia Barrionuevo (Ossa) que presta servicios de personal.